Protocolos, patentes de corso y Estado de Derecho. Por José Manuel Dapena Varela

Abogado

La última jornada de la Liga de 2ª División ha dejado episodios esperpénticos que sobrepasan el ámbito deportivo para adentrarse en el sumamente grave plano sanitario.

Para dimensionar el problema resalta las siguientes cifras en su cuenta de twitter el Dr. Luis Vázquez (Director de Análisis Clínicos y gran divulgador médico en esta pandemia): si el lunes 20J había en toda el área sanitaria coruñesa 27 casos de COVID, hoy, día 24J, el Club de Fútbol Fuenlabrada acumula por sí solo en sus filas 16 positivos.

La irresponsabilidad y la falta de consideración con la ciudadanía coruñesa de los estamentos futbolísticos implicados con el desplazamiento del club Fuenlabrada a la ciudad de A Coruña (sabedores de los riesgos existentes por el COVID previamente detectado en su seno) deben aparejar consecuencias jurídicas y económicas. Poner en riesgo la salud y la vida de las personas no puede salir gratis. Bajo ningún concepto el fútbol y el dinero pueden intentar anteponerse a la salud pública. Los daños originados (físicos, morales, empresariales, …, de imagen) deben repararse y sancionarse.

Estadio de Riazor

A cada nueva jornada que se sucede y a cada nuevo dato que aflora, da la impresión de que el panorama, para los implicados responsables, va mutando a ritmo constante de comportamientos negligentes a conductas con apariencia dolosa. Acertó la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey (impecable en su labor de defensa de los intereses de la ciudadanía coruñesa) al poner los hechos en conocimiento de la Fiscalía. El respaldo de la totalidad de las fuerzas políticas y de la sociedad coruñesa refuerza ese acierto.

Uso obligado de mascarilla

He de resaltar que en las últimas horas no he salido de mi asombro al observar el planteamiento, en ciertos medios de comunicación proclives a defender al presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas (afectado por conflicto de intereses en esta cuestión), que el supuesto seguimiento de los protocolos privados de la Liga sobre el COVID permitiría desconocer la normativa sanitaria pública (estatal y autonómica) de obligado cumplimiento en España. Como si el fútbol gozase de patente de corso o de un espacio de impunidad.

Lo cierto es que el filibusterismo y la impunidad no pueden tener real cabida en un Estado de Derecho que se precie de tal. Ni el eventual visto bueno del Consejo Superior de Deportes a esos protocolos excluye la aplicación del ordenamiento jurídico a clubes y futbolistas. Nadie puede estar por encima de la ley: sean normas sanitarias, sea el Código Penal.

Meigallo blanquiazul

Para rematar estas líneas, un mínimo (y obligado) apunte balompedístico. Lo sucedido con el Deportivo no hay “meigallo” que lo explique. La quiebra de la pureza de la competición y la ruptura de la igualdad entre los equipos en la última jornada, en cuanto a la uniformidad de horarios, tienen que conllevar la oportuna solución. Considero, desde mi corazón blanquiazul, que es de Justicia.