El éxito de cualquier empresa, independientemente de cuál sea su sector, es el equipo que la conforma. Cada uno de los empleados que trabaja en ella se convierte en una pieza fundamental a la hora de realizar las diferentes tareas. Asimismo, los empleados son diferentes entre sí y cuentan con según qué skills o habilidades que les convierten en líderes de un determinado ámbito. Todo ello está relacionado con la personalidad y por ese motivo, es importante conocer la inteligencia emocional en los empleados para así aprovechar sus competencias en la compañía. Las inteligencias múltiples se han convertido en un aspecto crucial en las empresas por sus beneficios, pero es importante conocer en qué consisten antes de implementarlas. En este artículo desarrollaremos la información.
Potenciar las inteligencias múltiples de los trabajadores optimizará el rendimiento de la plantilla
Las empresas están valorando cada vez más la posibilidad de potenciar las inteligencias múltiples entre tus empleados. Gracias a ello, existe la posibilidad de conocer cuáles son las fortalezas de cada uno de ellos para exprimirlas en beneficio empresarial y personal del trabajador en cuestión.
Atrás ha quedado la idea de que una persona demuestra su valía por las calificaciones que ha obtenido a lo largo de su etapa académica. La inteligencia no se centra en ello, sino que se basa en las habilidades que posea un trabajador y la forma en que las emplea para su día a día laboral. Dependiendo del sector y del tipo de trabajo, las empresas necesitarán un tipo de inteligencia específica para llevar a cabo las tareas.
Según la Teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, detectamos hasta ocho capacidades. La primera de ellas es la lingüística, que se centra en que la persona emplea el lenguaje a nivel oral, escrito y corporal. Es relevante en el caso de presentaciones a clientes, ámbito político o comunicación. Por otra parte, encontramos la lógico-matemática, que se basa en la resolución de los problemas y operaciones de índole mental.
La tercera capacidad es la espacial, importante para la creación de espacios de manera mental. Es imprescindible para arquitectura, diseño de interiores y procesos creativos publicitarios. La cuarta de ellas es la musical, que se fundamenta en la comprensión y análisis de obras musicales. Es muy importante para técnicos de sonido y críticos del universo de la música.
La kinestésica pone el foco en la capacidad de desempeñar actividades que requieren función motora. Los deportistas son los profesionales que más la emplearán, pero también hará lo propio el personal médico. En cuanto a la intrapersonal, la persona tiene capacidad para tomar consciencia de sí mismo y con ello, tomar decisiones. La interpersonal se basa en la empatía, muy focalizada en el mundo de la psicología. La última de ellas es la naturalista, útil para disfrutar de la naturaleza y desarrollar acciones.
Una vez conocemos cuáles son las diferentes capacidades, es el momento de analizar a los empleados de la empresa y observar quiénes se identifican mejor con unas u otras. Así, las compañías podrán aprovechar el talento de la plantilla al máximo para fomentar su desarrollo personal y profesional.