La bisutería para neonatos es una tradición extendida y se convierte en un producto que nos acompaña prácticamente toda la vida: un sello único y personal testigo de las relaciones y vínculos paternales
Dice el refranero español que cada uno de nuestros hijos llega con un pan bajo el brazo, y aunque parezca incluso sarcástico en tiempos de crisis y de descenso de la natalidad, lo cierto es que el origen de la expresión no puede ser más acertado: hace alusión a algún hecho afortunado tras el nacimiento de un bebé, o a la misma suerte que a ese bebé le acompañará durante su vida adulta. También lo encontramos en la fortuna que para las familias significaba el nacimiento, principalmente de un varón, en el sentido de llevar dinero a casa a los pocos años de su nacimiento.
Modernizando el concepto y el sentido del mismo, podemos referirnos a la joya de la existencia humana, la quintaesencia de los sentimientos propios de la especie. Precisamente, hablando de joyas, y echando un vistazo a la joyería online, se rompe el tabú de asociarlo a un producto de opulencia o de edades avanzadas, y se ha naturalizado que los más pequeños tengan en la bisutería una suerte de marca de nacimiento, un vínculo que en muchos casos sobrevivirá a las joyas, prendas o demás complementos que pasen en las diferentes etapas de su vida.
Si los Reyes Magos, dice la tradición, llevaron además de incienso y mirra, oro al recién nacido en Belén, ¿por qué no hacer nuestra particular ofrenda a cada nuestro neonato? Los pendientes de bebe son, junto a las esclavas de bebé, los productos estrella elegidos por los padres para ese regalo que, en muchos casos, les acompañará toda la vida. Son varias las etapas con alhajas difíciles de olvidar o que nos transportan a momentos únicos: nacimiento, bautizo y comunión para etapas infantiles, y matrimonio más allá. Pero es un hecho que aquellas de las que no nos desprendemos nunca son las del nacimiento.
La esclava, esa palabra que metafóricamente habla del vínculo entre padres e hijos y la unión indisoluble, es quizás el más personal y personalizado de cuantos elementos se pueden encontrar para los más pequeños. Las esclavas para bebe en oro amarillo y la plata son los productos estrella al respecto. Lisos, perlas o piedras son los acabados disponibles y los más habituales.
En definitiva, una de las mejores maneras de dar la bienvenida a un niño o niña que llega al mundo, es con algo que pueda recordar toda la vida y tenga un significado tan emotivo como especial. Desde detalle para el momento del nacimiento, también muy recurrentes en la celebración del bautismo o para conmemorar ese primer año de vida con el cumpleaños. Las joyas para bebé son un regalo perfecto porque aúna diferentes conceptos que acompañarán al bebé durante toda su vida, como son los vínculos con la familia, los recuerdos y el amor.