La necesidad de un cambio. Por José Luis Calo

Por qué en España no se redistribuye la riqueza de una manera equitativa? Desde hace años medios de comunicación y tertulias de ciudadanos en cafeterías, nos hablan de la lentitud con la que funciona el estamento político ante la falta de iniciativa respecto tal problemática. La pobreza ha ocupado el primer plano de la agenda mediática, la que incide con especial dureza en pueblos y barrios de ciudades. Si hiciésemos una radiografía actualizada del impacto de la pobreza y la exclusión social la enfocaríamos en la desigualdad de clases, una eliminación de la clase media y un distanciamiento entre la clase alta y baja. Un bajo crecimiento económico que no genera empleo estable, provoca un freno al desarrollo del Estado de Bienestar, lo que crea una vulnerabilidad y la precariedad en las clases sociales más bajas. Aplicando un sistema de transferencias de compensación fiscal, cómo se hace en países como Suiza, las regiones más ricas pagarían una cantidad anual para financiar a los pueblos que más sufren en las regiones más desfavorecidas. A todo esto, hay que sumar los más de 30 años que llevamos pendientes de una reducción estructural de la Administración Pública, en la que se pretendía hacer una gran reforma global que se presentara como una gran transformación de todas las administraciones, para evitar así duplicidades y que nunca se ha llevado acabo.

Ya el Banco de España llamaba a redefinir la política de gasto público, aparcando todo aquello que no sea prioritario. El problema es hacer frente a una situación con una arquitectura de gasto público de cuestionada eficacia, en la que los poderes políticos se han resistido a revisar. Unas Comunidades Autónomas, en las que el número de funcionarios creció desmesuradamente, los cuales la mayoría se trata de puestos de libre designación, con respecto a la Administración Central.

Esto nos lleva a romper el objetivo marcado por la Unión Europea de crear instituciones estables y previsibles, lo suficientemente flexibles como para reaccionar a los numerosos desafíos que sufrimos como sociedad, presentando nuevas soluciones políticas, favorecer el crecimiento y mejorar los servicios. Los grandes partidos políticos han primado el interés particular al desarrollo territorial en los ámbitos de empleo, la salud y educación. Nos engañan con el crecimiento de empleo, pero hay que destacar que solo en este año 2022 se crea una oferta de Empleo Público que supone un incremento del 12.17% con respecto a la OEP del año 2021, el cual no será solución para la España vaciada. Casas vacías, comercios cerrados y la fuga de juventud, es el finiquito para las pequeñas localidades de nuestro país, en las que se cierran los servicios públicos y básicos. Por ello es importante apoyar a nuevas formaciones independientes. El “nadie ha hecho nunca nada” tenemos que sustituirlo por menos burocracia y más implicación para recuperar el bienestar de nuestros ciudadanos.

Foto teleSUR

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