Una España limitada y en transición afronta un Eurobasket sin un claro favorito

La selección española de baloncesto, tras 20 años de glorias ininterrumpidas, afronta uno de los Eurobaskets más igualados de las últimas ediciones. Scariolo deberá capear con demasiadas incertidumbres: excesivas bajas, irregularidades en anotación, escasez de triplistas y una defensa aún por coser. De entrada, jubilados ya del combinado los Gasol, Chacho, etc, lo cierto es que los dos mejores jugadores de los hispanos aún en activo, Mirotic y Rubio no estarán. Tampoco viejos complementos de antaño como Claver, Abrines u Oriola.

Queda así un núcleo formado por el nacionalizado Brown, Llul, Rudy, Abalde, los dos Hernangómez y Garuba. No parece mucho. El resto son jóvenes de valía, pero aún verdes para ser importantes a estos niveles de competición. De esta forma, optar a medalla se antoja complicado, pero no imposible. Ganar el título sí se ve como una utopía.

Puestos a contar, hay al menos 5 selecciones con plantilla superior a la española y otras 2 o 3 con un plantel de nivel similar. La favorita parece ser Eslovenia, actual campeona. Doncic está en plena forma, ahora mismo hace lo que le da la gana, tanto en la NBA como en el viejo continente. Ello unido a la presencia de los dos hermanos Dragic, tiradores fiables como Prepelic y pívots solventes, les da la opción de repetir.

La segunda y tercera en discordia son Serbia y Francia. Los balcánicos tienen un team temible con el doble MVP de la liga americana Jokic y con Micic, el mejor escolta que juega en Europa. No están sin embargo, el segundo mejor elemento del equipo, el tirador Bogdanovic, ni el superclase base Teodosic e incluso el gigantón Marjanovic, apartado a última hora. Todo dependerá del rendimiento del pívot de Denver.

Los galos tienen el mejor juego interior del torneo, con Gobert y los madridistas Yabusele y Poirier, de la anotación se encargará el tirador de los Knicks Fournier y de la dirección y defensa Nilikina o Madelon. Los subcampeones olímpicos hace tiempo que no ganan un título y están listos para ganar.

El cuarto combinado a temer es la Grecia de Giannis. La capacidad atlética del dios helenos lo convierte en imparable. Sus dos hermanos y los Calathes, Papanikolau, Papapetrou y sobre todo Sloukas completarán al ex campeón de la NBA.

Ojo también con los turcos. Su quinteto inicial es tremendo. La incorporación del nacionalizado base Larkin, líder del bicampeonato en la Euroliga del Efes y seguramente el mejor playmaker del continente se añade a dos excelentes y veteranos aleros tiradores, Kuzman y Osman, más dos pivotes de valía como el blaugrana Selic y el joven Segun, que ya destaca en la NBA. Si se aparcan los egos y juegan como equipo, el cielo es su límite.

Lituania, con los interiores NBA Sabonis y Valanciunas, más Jakoubaitis, Giedraitis y Kuzmiskas, también parece por encima de los de Scariolo, a la espera del rendimiento real sobre la cancha,  que siempre acaba definiendo quien es quien.

No hay que olvidarse de los italianos, con Gallinari, Datome, Melli o Fontechio, ni con los alemanes, con el base de color Schroeder, Wagner o Theiss en sus filas.

En resumen, un campeonato muy complicado a priori para los españoles, que deberán pelear para superar los cuartos de final y que posiblemente, queden fuera de la contienda por los preseas. Pasados los años de los laureles que duraron desde 2001, queda ahora sudar la gota gorda para intentar volver a estar entre los mejores.

Foto FEB

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