Los pintores más atormentados de la historia del arte

por 21noticias.com

La pintura ha sido tradicionalmente una vía de expresión para muchos artistas. Sus obras son fruto de pensamientos, influencias, experiencias e incluso de aquellas frustraciones más íntimas. En muchas ocasiones, en la vida de los pintores más conocidos de la historia del arte, ha habido un momento de dificultad, sobre todo debido a enfermedades, que supusieron un punto de inflexión en sus carreras. Periodos tormentosos que explican las obras más conocidas del mundo. A continuación, repasamos algunos de los casos más sonados.

Cabe empezar con dos artistas que compartieron época e incluso ciudad, pero que nunca coincidieron. Inclusos sus pinturas y sus vidas tiene mucha relación: estamos hablando de Vincent Van Gogh y Edvard Munch. Más allá del episodio con su oreja del neerlandés, sus grandes momentos de inspiración llegaron de la mano de ataques de esquizofrenia muy agudos. De allí, salieron obras como “La noche estrellada” o “Campo de trigo sobre cuervos”.

El caso del noruego, no tan conocido, está relacionado con profundos periodos de frustración y desesperación. Esto queda reflejado en sus obras, sobre todo en aquella que lo catapultó a la fama, “El grito”. Esta obra de arte, tan cotizada y disponible al público en el museo que lleva el nombre del artista en Oslo, pretende reflejar la vida tormentosa de un hombre con muchas luchas internas. Una combinación de terror, ansiedad y tristeza en primera persona.

La pintura como refugio

En España, Francisco de Goya también se refugió en la pintura y el arte para superar sus problemas. Estaba muy enfermo, además de haber pedido audición y visión, sufrir alucinaciones y grandes delirios. Entonces cambió su estilo, más oscuro y cruel como en “El conjuro” o en “El aquelarre”. Aunque muchos leen estas obras con cierta sátira del artista, la realidad es que él nunca llegó a explicar el motivo de ellas y fueron pintadas en un momento de grandes dificultades.

Otro caso especial, poco conocido el público general, es el de Séraphine Louis. Era un artista francesa conocida por su estilo naif y que usó el pincel para superar problemas que ya arrastraba desde la infancia. A parte de complicaciones familiares, destacaba por su discreción y timidez, capaz de no hablar con nadie. Sus obras fueron muy cotizadas por la burguesía parisina hasta que, tras un periodo de miseria y olvido, fue internada en un hospital psiquiátrico por psicosis.

Tal es la cantidad de artistas que se han visto obligados a pasar por estos centros que incluso hay una corriente artística que los engloba: el arte marginal o “art brut”. El máximo exponente fue el suizo Adolf Wölfi, conocido por sus alucinaciones y sus obras con formas geométricas, arte tribal y miedo al vacío. Gracias a él, psiquiatrías pusieron el foco en estas expresiones artísticas para tratar de comprender las frustraciones y ayudar a los internos de los centros.

La relación entre el tormento y el arte

Estos son solo algunos de los numerosos ejemplos que podemos nombrar sobre la relación que existe en un periodo tormentoso y el arte. No existe una relación en enfermedades como esquizofrenia y la capacidad expresiva, pero hay un claro condicionante de la primera sobre la segunda pues se modifica la percepción del mundo. Puede afectar de maneras muy diferentes, dependiendo de muchos factores.

Sí que es cierto que en muchas ocasiones se considera la pintura como una buena terapia para relajarse y expresar los sentimientos. La arteterapia, como popularmente se la conoce, permite a uno salir del aislamiento, socializarse y trabajar el lenguaje comunicativo y expresivo. No es de extrañar que, en alguno de los casos anteriormente comentados, durante ese periodo de sus vidas incrementaran el número de obras.

Para aquellos artistas que ya llevaban una trayectoria conocida, como Vincent Van Gogh o Francisco de Goya, sufrir una enfermedad supuso evidentemente un cambio en sus vidas y, en consecuencia, esto quedó reflejado en sus estilos artísticos. Una mayor sensibilidad, una nueva manera de transmitir e incluso la pérdida de algunas funciones marcan una nueva etapa artística de sus vidas.

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