Hace cuatro años nos dejó el alcalde de Ondarroa. Por Iñaki Anasagasti

Comenzaba la tarde y un correo de Mariasun, la hoy viuda de Félix Aranbarri, nos decía.
“Listo, jun gazku Felix. Trankil trankil joan da. Abisatuko deutsuet tanatorio eta hiletako kontuetaz. Eskerrik asko danaatxik”.
No por esperada la noticia no dejaba de impactar. Se había ido un hombre bueno que sufrió un nefasto accidente en Ondarroa cuando iba a las oficinas del Obispado a ayudar en estas navidades. Casi no se dio cuenta. El chófer autor de la desgracia decía que no lo había visto, que no lo había visto, que no lo había visto y lo repetía y repetía. Seguramente fue así pero Félix pagó las consecuencias porque él iba correctamente por su acera.
Un helicóptero se lo llevó a Cruces. Vértebras rotas y un mal pronóstico. Y ha fallecido en la UCI tras ocho días de lucha.
Le había tocado bregar mucho en la vida. Ondarroa no es una localidad fácil pero llegado “el climax a tope, allí estaba Félix para poner cordura y moderación a todos, incluso a los de su propia fila. Era el hombre que echaba el agua en los Plenos y sabía como apaciguar los alterados ánimos. Y con sus suaves maneras hacia que todo volviese otra vez al cauce normal del debate. ”
Además de alcalde del 79 al 87, las primeras legislaturas de la democracia, le tocó asumir la presidencia de la Gestora en el año 2007. Electos del PNV decidieron no asumir su representación y a petición del BBB un grupo de gentes vinculadas a Ondarroa tuvieron que hacerse cargo de la Gestora. Tenían que hacer los plenos en la Diputación de Bizkaia pues de lo contrario el jaleo y las cargas policiales estaban aseguradas, pero, pese a todo trabajaron mucho y bien. Dejaron obras concretas. No perdieron el tiempo. Lo que de anómalo tenía aquella situación, se suplía con la posibilidad de actuar y hacer frente a los problemas del pueblo. Sin esos años Ondarroa seguiría sin ascensores, incorporación en el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, gestión de las basuras por la Mancomunidad del Lea Artibai, adecuación de las travesías, mejoras en el Casco urbano, sistema de calidad de la playa de Arrigorri, Saneamiento e incorporación a la EDAR de Ondarroa, mejora del acceso al Cementerio de la Antigua, iluminación de Zubizahar, remodelación y ampliación del puente de Zaldupe y un largo etcétera.
Eso sí. Tuvo que ir escoltado. ETA no le perdonó ni a él ni al PNV y puso una bomba terrible en el cuartel de la Ertzaintza que casi se lleva medio pueblo. Destrozaron y por muy poco no hicieron una escabechina mortal, como en Afganistán. Querían así liberar Euzkadi. La gente se olvida de estas cosas. Fue una de las grandes hazañas de los encapuchados. La violencia iba a ser partera de la historia según aquellos iluminados cuyos herederos gobiernan hoy el pueblo y digo herederos pues nunca han condenado aquello.
¿Reconocerán que Félix fue un gran alcalde, un hombre de bien, una persona positiva, una hormiga municipal trabajando por ellos y su pueblo?. No lo sé. Ojalá lo hagan. Sería un buen signo de madurez.
Pero Félix no lo verá. Se fue hace cuatro años tranquilo como nos dijo Mariasun. Pero su obra y su ejemplo quedan. Ese es el consuelo.
Todo un jelkide con principios y acciones. Todo un estilo. GB