Crónica gastronómica. ¡Menos mal que nos queda Portugal!

Solía ir un par de veces al año a Portugal por el simple placer de comer su famoso BACALHAU GRELHADO, pero antes y después de la pandemia del virus chino del COVID he tomado decisión de al menos, ir cuatro o cinco veces al año. Y no sólo al bacalao, sino también al frango grelhao y a por el famoso Arroz al Tamboril o al de marisco.
El Camino de Santiago Portugués da Costa comienza en Porto, sale de Portugal por Valença y llega a Compostela. Nosotros lo hicimos al revés.
En unas mañanas esplendorosas de sol, cristales de hielo en las sombras de los neveros, y frío ambiental propio de estas fechas tenemos el placer de convivir con nuestros vecinos portugueses.
La primera toma de contacto mañanera es para desayunar en la terraza del restaurante Luso-Galaico, topónimo muy bien escogido por ser los dos pueblos primeros que forjaron dos reinos, en lo que hoy es Portugal y España, unas veces unidos, otras en guerra.
Felipe II de España, llamado «el Prudente» (Valladolid, 21 de mayo de 1527-San Lorenzo de El Escorial, 13 de septiembre de 1598), fue rey de España desde el 15 de enero de 1556 hasta su muerte; de Nápoles y Sicilia desde 1554; y de Portugal y los Algarbes —como Felipe I— desde 1580, logrando una unión dinástica que duró sesenta años. Fue asimismo rey de Inglaterra e Irlanda iure uxoris, por su matrimonio con María I, entre 1554 y 1558. “Su Catòlica Majestad”, así nombrado, lo fue desde 12 de septiembre de 1580-13 de septiembre de 1598. Pero Portugal se separó de España de forma abrupta. El detonante final fue la exigencia de Olivares de que 6.000 soldados portugueses y la mayor parte de la nobleza en edad de combatir se sumaran a la guerra en Cataluña.

En el restaurante Luso-Galaico desayunamos cafés con leche, colacao y recién horneados Rissols de ternera (deliciosa empanadilla casera) y Bolhinhos de bacalhau (croquetas crujientes de bacalao. Empezamos muy, muy bien.
Acudimos al mercado-feira-feirón de Vila Nova de Cerveira, pueblo rayando fronteril, con uno de los mercadillos más grandes de Europa en extensión y productos. Ideal para compradores y rebuscadores de gangas, auténticas o falsificaciones. Como en veces anteriores, me dediqué a los puestos de artesanía, en donde venden azulejos portugueses, alambiques, potes de cozinha de tres patas y alquitaras, barro, etc. Me detuve mucho tiempo en los puestos de ventas de animales de volatería, roedores, mustélidos con precios que oscilan entre los 15 euros el pájaro cantor más pequeño, hasta los 125 euros por ejemplar del hermosísimo pavo real.
Vamos a Valença.
Sancho I de Portugal, tras la ruptura del matrimonio de su hija Teresa con Alfonso IX de León, mandó a Paio Carramundo el repoblar y crear una área fortificada frente a la plaza gallego-leonesa de Tuy, denominándola Contrasta. En el año 1217 la población de Contrasta se eleva a municipio. Recibió un fuero de Sancho II de Portugal. Recibió su nombre actual en 1262 por orden del rey Alfonso III de Portugal que decide cambiar “Contrasta” (“la que queda en frente”) por “A valença”, esto es, “La valiente” (de ahí Valencia). El sobrenombre de do Minho, de Miño, le viene por el río Miño.
Llegamos a la hora del ‘xantar’ porque Portugal tiene huso horario de una hora menos que ESPANHA.

Nos dirigimos al restaurante Coroa Verde donde nos sorprendieron con generosas raciones de Bacalhau Assado á Brasa, y de Arroz mariscado. La diferencia de tomar bacalao en España 🇪🇸 a Portugal 🇵🇹 es de peso. En España, máximo 250 gramos; en Portugal 🇵🇹 400 gramos. Y el arroz en 🇪🇸 en plato y en 🇵🇹 una tartera completa. Las raciones son generosas, espectaculares, por un módico precio y con la mayor elegancia en mesas, manteles, camareros e instalaciones.
Por la tarde, la plaza Mayor acoge terrazas confortables al sol con guitarristas que amenizan el buen ambiente. Gente que va de compras festivas, turistas gastronómicos y muchas tiendas abiertas donde venden imitaciones de marcas internacionales.
Recorrimos la ciudadela fortificada.
Tierras portuguesas de grandes viajeros, descubridores y escritores merecen ser recorridas pensando en ellos, como de este literato:
“La vida es lo que hacemos de ella. Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos”. (Fernando Pessoa). Carlos Brea, Cronista gastronómico.

 

 

 

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