Instalaciones fotovoltaicas en comunidades de vecinos

por 21noticias.com

El conocimiento sobre los nuevos modos de generar y por ello ahorrar en energía abre todo un abanico de posibilidades que también exige información sobre presupuestos y finalmente tiempo de amortización

Si un concepto se ha instalado en la mesa de prioridades y aspectos sobre los que aprender no solamente para los españoles, sino también para la población mundial, ese es el del mundo de la energía, sus pormenores, variantes, opciones y formas de hacer de este un mundo mejor aprovechando todos los recursos. Se trata no solamente de sacar el máximo partido de lo que la naturaleza nos brinda, sino de ser respetuosos con ésta en una relación de igual a igual. En ese sentido, los hábitos, preocupaciones, conocimientos y usos de los ciudadanos han experimentado una evolución rápida hacia una mayor optimización, que influye en el tipo de instalaciones eléctricas.

A medida que nos hemos hecho más conscientes y más concienciados sobre las posibilidades que permiten los avances en el sector eléctrico ha ido ganando terreno un concepto tan sencillo de comprender en su forma como en los beneficios que nos deja: el del autoconsumo. Más allá de que la propia significación del término es reveladora sobre la naturaleza de la actividad, podríamos definir el autoconsumo como aquella actividad que permite producir electricidad renovable para el consumo. Son los pormenores los que nos harán entrar en matices y en un mundo cada vez más abierto a posibilidades y ahorros.

Entendemos por autoconsumo individual el que permite producir electricidad renovable para el hogar propio. Por su parte, el autoconsumo colectivo se trata de una instalación, generalmente fotovoltaica, de la cual se pueden entender varios consumidores o beneficiarios a la vez, lo que ya en una primera lectura nos permite hablar del aumento de la rentabilidad y la disminución de los años de amortización respecto al autoconsumo individual.

Existen tres tipos de autoconsumo compartido en las comunidades de propietarios, que son generalmente las grandes beneficiadas de esas acciones conjuntas de ahorro: una básica, en la que toda la comunidad utiliza la energía generada para abastecer las zonas comunes; la integral, en la que toda la comunidad utiliza la energía generada en sus viviendas y negocios, o el flexible, en el que algunos propietarios utilizan la instalación y pueden adherirse en un futuro. Lejos de la teoría y llevado a un ejemplo práctico de convivencia hablamos de la utilización para las viviendas; para las viviendas y zonas comunes o para aspectos como el ascensor, escalera y zonas comunes.

Cambiar para siempre la forme de generar energía en nuestra casa o comunidad de vecinos no requiere de un proceso especialmente tedioso o complicado, sino que se requiere del voto favorable de la mayoría simple de los propietarios, que represente también la mayoría simple de las cuotas de participación, siempre que el coste de la instalación repercutido anualmente no supere la cuantía de 12 mensualidades ordinarias de gastos comunes. El coste se calcula una vez descontadas las subvenciones o ayudas públicas y aplicada la financiación, si la hay.

Cada instalación es diferente y el coste puede variar notablemente, lo que a la larga influirá también sobre el plazo de amortización. Por ello es imprescindible ser muy minucioso y escrupuloso a la hora de buscar la opción más adecuada y solicitar presupuestos. En ese sentido, confiar en auténticos profesionales del sector, como es el caso de Elytega, es sinónimo de ir sobre seguro. Esta empresa de electricidad en A Coruña es un punto diferencial y una garantía a corto, medio y largo plazo. La experiencia de más de una década en este campo, así como en mantenimiento, telecomunicaciones, eficiencia energética y demás ramas le convierte en un referente que cuenta con el pedigrí y satisfacción de clientes de todo el entramado vecinal y empresarial.

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