Un seguro de vida es una protección para tus seres queridos si algún día llegas a faltar. Adquirirlo es una excelente manera de resguardar tu tranquilidad y la de los tuyos, en especial si hay personas que dependen de ti. Conoce más sobre las coberturas que ofrece y descubre si te conviene o no contratarlo.
¿Qué cubre un seguro de vida?
Esto puede variar según la institución donde se solicite así como la póliza elegida. Algunas de las coberturas más comunes son:
- Fallecimiento: Es la principal cobertura del seguro de vida. Si pierdes la vida por cualquier motivo, la suma asegurada se le entregará a las personas seleccionadas. Se recomienda que los beneficiarios sean mayores de edad, por lo que si tienes hijos menores de 18 años, puedes elegir como receptor a un adulto de tu entera confianza que pueda cuidar los intereses de tu familia.
- Gastos funerarios: Algunas instituciones ofrecen un apoyo adicional para cubrir parte de los gastos funerarios derivados del deceso del titular.
- Enfermedad terminal: En ciertos casos, el seguro de vida puede cobrarse de manera anticipada si quien lo contrata sufre de una enfermedad terminal. De esta manera, se puede usar el monto total como más convenga.
- Invalidez: Una cobertura similar a la anterior. Si algún padecimiento o percance te impide seguir trabajando y cubrir las necesidades económicas de tu familia, la póliza puede auxiliarte a hacerlo, ya que la suma puede solicitarse en dicho caso.
- Indemnización para gastos educativos: Un seguro de vida también puede ayudarte a respaldar la educación de tus hijos si un día ya no estás. Con un pago adicional, puedes garantizar que reciban un monto determinado para que puedan continuar con sus estudios.
Estas son algunas de las coberturas que pueden contratarse junto con la póliza. Sin embargo, es importante revisar los términos y condiciones del banco con el que contrates para asegurarte de que tus seres queridos estarán protegidos en todo momento.