Los bloques casi siempre son perversos. No hablamos del BNG. El frentismo condujo a la nación española, tan respetable y existente como la gallega, la vasca o la catalana, a crueles enfrentamientos, baños de sangre y miseria por doquier.
A Felipe VI le van a caer algunas obleas, cuado haga lo que debe hacer, sea por los de la derecha o por la izquierda. Proponer a algún candidato a la presidencia del Gobierno es ahora mismo una aventura digna de Indiana Jones.
La Transición se hizo bajo los parámetros de los USA, negociada con Juan Carlos I, desde 1969. El imperio americano quería potenciar sus bases en España, la entrada en la OTAN y un aliado fiel o lameculos. Así fue.
El postfranquismo se entendió con el PSOE y, sobre todo, con el PCE de un jubilado Carrillo, bajo algunas premisas. Primera, el heredero de Franco no debía ser puesto en cuestión. Segunda, jamás se podría dar la deriva (luego corregida) de un ejecutivo social-comunista a la portuguesa como la revolución de los claveles de abril de 1974. Tercera, autonomía sí, autodeterminación jamás.
Las bases del actual sistema con ahora puestas en solfa. Sánchez está dispuesto a negociar con huidos de la Justicia. Mal precedente. Cuando desde el Gobierno se pervierte la esencia del sistema, el sistema acaba cayendo.
La que suscribe jamás votó ni votará al PP. Pero la izquierda hispana debe hacérselo mirar. No sabe una que le dé más miedo, o el que “Te vote TXAPOTE” coreado por los ayusistas o el “No PASARÁN”, de los acólitos del otro bloque.
El tono guerracivilista de aquí y ahora da vómito….y mucho miedo.
Foto RTVE.es