Escribí el domingo una reseña de lo que me había impresionado una visita a Pasaia y como en un lugar tan pequeño en habitantes había nacido Blas de Lezo y salido de allí el marqués de Lafayyette y vivido un tiempo nada menos que Victor Hugo. Sin querer omití tres nombres ilustres que merecen ser recordados.
Paco Rabanne nació en Pasaia en 1934. Se llamaba Francisco Rabanera y era hijo de un coronel republicano fusilado en Santoña en 1937 junto con otros gudaris y milicianos como escarmiento. Su familia se exilió en Francia y en este país alcanzó fama internacional como gran modisto. Balenciaga y él, uno de Getaria y otro de Pasajes, marcaron una época brillante en la moda de Paris. Falleció el pasado mes de febrero.
José Sebastián Laboa nació en Pasajes en 1923. Ordenado sacerdote, fue un importante miembro de la Curia vaticana. Le conocí en Panamá, donde Juan Pablo II lo había enviado como Nuncio Apostólico. Era un tipo extrovertido, simpático y siempre dispuesto a ayudar. Se vanagloriaba de haber nacido en Pasajes logrando que el entonces Cardenal Roncalli, futuro Juan XXIII, visitara su pueblo.
En 1983 me echó una decisiva mano para organizar el viaje del Lehendakari Garaikoetxea a Panamá. Tocaba cualquier puerta y esta se abría. Recuerdo la comida que nos ofreció el presidente de la república, Ricardo de la Espriella en el Palacio de las Garzas. Monseñor Laboa fue persona decisiva para solucionar el conflicto con el general Noriega, tras la invasión norteamericana y asilarse este en la Nunciatura. Fue posteriormente Nuncio en Paraguay y en Malta. Falleció en Donosti en 2002.
Estudié en los Marianistas de Donosti, entre otros con Josetxo Aizpurua, que en 1996 fue designado Autoridad Portuaria de Pasaia. Al leer lo que escribí me mandó lo siguiente: «Desde la terraza de mi casa en Hondarribi, me emociona saber que hayas estado en esa zona, que es la de mis mayores, concretamente en la calle San Pedro 30 y 32, casa pegada al lugar donde nació Blas de León, constructor de barcos, primero para el rey y luego para la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, entre otros la Nuestra Señora de la Asunción con 74 cañones, atacada por los ingleses y actualmente en el Museo Naval Británico. Nuestro escudo sigue en la casa. Procede de la casa Aizpurua de Zubieta, habiendo tenido alcaldes pedáneos en varias ocasiones. Mucho trabajo al servicio de Pasajes, del país Vasco y de España y orgulloso de haber presidido cuatro años como Autoridad Portuaria.
Coincido en que Blas de Lezo merece un buen monumento en Pasajes de San Pedro, quizás en los nuevos jardines junto a la lonja. Siempre colaboraré y estaré para apoyar cualquier iniciativa, entre otras cosas porque allí, junto a la iglesia, están enterrados mis mayores. Iñaki, viejas historias de tu amigo Josecho Aizpurua».
Bueno, hago justicia con estas tres personalidades omitidas en mi primer comentario y es que Pasaia es mucho Pasajes y merecería un conjunto escultórico realista y potente para que el pasaitarra, el visitante y el turista captaran la importancia de este lugar tan simbólico con personalidades como Blas de Lezo, Paco Rabanne, Monseñor Laboa, Blas de León y la visita de personalidades de tanto calibre como Lafayette y Victor Hugo.
Paco Rabanne, Monseñor Laboa y Blas de León también eran de Pasaia
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