- Licenciado en Derecho.
- Certificado-Diploma de Estudios Avanzados. (Fundamentos de Derecho de la U.E. y problemas actuales en el ámbito del Derecho Público).
- Licenciado en Ciencias Políticas.
- Caballero de Mérito por Real Orden Noruega
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Cuando un servidor ha prestado sus servicios numerosos años en uno de los principales Grupos de Constructores Europeos, no resulta difícil que acudan a la memoria actos circunstanciados y a la vez fugitivos sobre el citado Proyecto.
Al igual que nuestro Río Guadiana, el caso que nos ocupa determina una especial particularidad similar a dicho Río, “el cual, a poco de nacer, sus aguas desaparecen filtrándose en el terreno y aparecen varios kilómetros después en los llamados Ojos del Guadiana”.
Algo parecido sucedía y sucede en la actualidad con el presente Tema, que suele casi siempre emerger cuando se manifiesta ocasionalmente algún tipo de disfunción geopolítica en el devenir de unas constantes relaciones incómodas.
Que uno recuerde, han transcurrido unos 50 años desde mis tiempos activos, y aún tengo presentes comentarios de distintos profesionales especializados relativos a las imposibilidades técnicas manifiestas y sobre todo financieras, respecto a llevar a cabo ese proyecto “faraónico”, nunca mejor dicho.
Es más, lo anterior, era ya opinión generalizada entre aquellas empresas españolas que podría decirse eran capaces de asumirlo con solvencia técnica, y hasta llegaban empresas extranjeras especializadas ante una eventual asociación al “olor de una posible sardina española”, ya que según se comentaba en el sector, había que “estar en la pomada, por si las moscas”
Por ser lo más preciso posible, citaremos las “coincidencias” geopolíticas producidas desde que se iniciaron los conflictos con Marruecos en 1860 a efectos simplemente cronológicos, deteniéndonos, pulsando otros momentos de un siempre Presente Histórico.
Hemos recurrido a distintos autores, entre ellos a Juan Antonio Parrón Sandoval, el cual nos indica que ya durante la dictadura de Primo de Rivera en 1925, el Comité de Estudios del Ferrocarril Transahariano, se interesó por el Túnel bajo el Estrecho de Gibraltar.
Durante dicho periodo, se continuó supuestamente “mareando la perdiz”, elaborándose muchos Estudios y Sondeos al bode del Estrecho, hasta que, en 1931, Manuel Azaña, presidente de la República, toma el relevo con objeto de finalizar los iniciales Estudios emprendidos, rechazándolos en 1933, por ser fruto de la anterior Dictadura.
A finales de 1935, comienza a notarse la inestabilidad política en España que naturalmente repercutiría en las labores de la Comisión que pronto vería congeladas sus actividades geológicas, prospecciones submarinas y topografía.
Una muestra entonces de las llamadas “coincidencias”, hubiera sido patentada por los quehaceres en aquel entonces del dictador, en lo que más modernamente, mediante eufemismo, se denominó: “políticamente correcto” o política de contentar a máximos, ya que se encontraba latente: “España y Marruecos: del desastre de Annual a la dictadura de Primo de Rivera (1921-1930)”.
Hacia 1960, las sombras de la Guerra de Ifni, volvía a proyectarse en dicho tiempo, un nuevo debate de la construcción de diversos modelos de Puentes, entre ellas la de uno flotante al espejo del éxito de otras infraestructuras como el Puente Carranza en Cádiz, que en aquella época ya suponía una proeza, pero esta idea no tuvo buena acogida por las fuertes corrientes del Estrecho.
A finales de 2003 y 2006, respectivamente, se retoman de nuevo tanto por un consorcio hispano/marroquí y una empresa suiza, fruto probable de los incidentes de ISLA PEREJIL de 2002, en el cual tuvo que intervenir el entonces secretario de Estado, COLIN POWELL.
Ya en épocas actuales, la invasión migratoria por parte de Marruecos de unas 10.000 personas en tierras ceutíes y melillenses constituyó posiblemente un serio aviso por parte del país alauita sobre sus eventuales intenciones.
Igualmente, el posicionamiento de España sobre el Sahara Occidental y relaciones con Argelia, parecen responder a renovadas exigencias marroquíes.
Si a lo anterior, añadimos un nuevo encendido del “starter” del afamado Túnel del Estrecho, realizado el reciente febrero, durante la reciente celebración de la XII REUNION DE ALTO NIVEL entre ambos Países, posiblemente tengamos una supuesta respuesta sobre una aparente historia interminable, que quizás convenga a ambas partes.
Me he tomado la licencia de resumirles sucintamente los casi 100 últimos años sobre los avatares del Túnel del Estrecho, sobre el cual aparentemente las partes continuarían bajo los mismos deseos de mantener en el tiempo, nuevos Estudios en los respectivos anaqueles:
1.- Nadie se ha atrevido hasta la fecha a pronosticar el coste de un Túnel de esta envergadura, estableciendo inversiones o rentabilidades, coste/beneficio cuyo retorno ni se contempla.
Aunque si cabe recordar que el Túnel de la Mancha, finalizado en 1994, su coste superó los 14.000 millones de euros, con menores complejidades y características.
Una aparente complejidad técnica superior de nuestro Túnel, Obra con mayúsculas, según algunos expertos, hacen temblar ante un delirante Importe que podría superar los 50.000 millones de euros. (Sin confirmar).
Es decir, ante una inversión desde el punto de vista económico clásico, faculta no poder establecer inversiones ni rentabilidades, cuyo retorno es tan oscuro como el reinado de Witiza.
Cantidades y periodo de amortizaciones, y parco interés de “lobbies e Instituciones Financieras, junto a desinterés en cuanto a contemplar posibles líneas de actuación.
2.-Técnicamente, se ha pretendido comparar el Túnel del Canal de la Mancha con el de Gibraltar, sin resultados de semejanza. Según fuentes, las principales dificultades, estribarían, entre otras, en la profundidad del mar.
El Estrecho tiene una profundidad entre 300 y 900 m, y 174 máximo el canal de La Mancha.
El primero es más susceptible a los terremotos que el Canal de la Mancha.
Finalmente, un apunte sobre los Eufemismos tan de moda en estas épocas.
Según el Autor, Ricardo I. Vivanco Cohn, los Eufemismos se encuentran destinados a no ofender o no herir la sensibilidad. Se producen cuando se pretende usar palabras inofensivas o expresiones para desorientar, evadirnos o evitar hacernos conscientes de una realidad cruda y desagradable”.
Fue la Guerra de Vietnam, la primera con un gran despliegue mediático en tiempo real, la que
consolidó el empleo generalizado de eufemismos. En estas épocas de crisis, nos hemos acostumbrado a escuchar a personajes públicos, utilizar un lenguaje que enmascara la realidad.
Ante una ciudadanía atemorizada, decepcionada y cansada, queda mucho mejor manifestar que deberemos adaptarnos a una nueva normalidad o lo que es lo mismo, que nos encontraremos ante una realidad que nos obligará a superar las secuelas económicas y sociales que nos deja el covid-19; a tener que adaptarnos a novedades como digitalización, social selling, (ventas fidelizadas), teletrabajo y muchas más. ¿Recuerdan?