La semana pasada, la firma ribeirense no pudo tomar posesión de una nave en el polígono pobrense de A Tomada que se les había adjudicado por algo más de 500.000 euros. Cuando llegaron acompañado por agentes de la guardia civil y miembros de una comisión judicial, comprobaron que la nave estaba desmantelada.
Tras la salida de los antiguos inquilinos, Brisiña Actemsa, último ocupante de la nave, y Luís Escurís Batalla S.L. actualmente en fase de investigación judicial, la nave apareció con numerosos daños: muebles y maquinaria destruidos, transformadores y cableados eléctricos desaparecidos y baños, oficinas y tejados destrozados. La primera valoración de los desperfectos provocados se eleva a dos millones y medio de euros.
Mientras, los ingenieros ultiman la evaluación de los daños ocasionados por el desmantelamiento de la nave y el equipo gestor rediseña un plan para continuar lo más rápido posible con la producción y comercialización de sus productos.
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