“Jilguero” de Santi Araújo: un poema convertido en canción, una canción convertida en laberinto

por Redacción Nacional

Si «Bailar», publicada a finales de 2023, fue un soplo de aire fresco, «Jilguero» confirma que el nuevo disco de Santi Araújo tendrá una energía muy diferente a sus trabajos anteriores. Además de ser una invitación al movimiento, es una declaración de intenciones

«Jilguero» es una de esas canciones que piden carretera a gritos, acelerando al mismo ritmo que las estrofas. Aunque dura más de cinco minutos, se trata de un viaje laberíntico a través de imágenes poéticas que conversan entre sí. Un silbido, el canto de un jilguero, sirve de cordón umbilical. Así, no nos perderemos.

«Soy un jilguero, canto alegre, 
canto cuándo y dónde quiero
»

Al igual que el resto del disco, «Jilguero» está grabada totalmente en analógico. Esto representa un compromiso tan serio como desenfadado, y es una actitud que se aprecia en este nuevo tema. Un riff de guitarra hipnótico sirve de colchón a una voz de Santi Araújo que suena más convencida que nunca. De hecho, por momentos parece un discurso, alejándose de las florituras melódicas a las que nos tiene acostumbrados. Esta disposición hace que cobre protagonismo una letra poliédrica.

«Soy un banquero que acaricia el dinero con sus dedos mientras cantan los jilgueros, aquí estoy»

Es el segundo adelanto de «Canciones para bailar», un disco que presenta un sonido mucho más personal, como ha quedado claro en «Bailar» y «Jilguero». Además de tocar gran parte de los instrumentos, Santi Araújo también ha asumido un papel más destacado en la producción de este nuevo álbum. Si su forma de componer ya es característica, este nuevo envoltorio agrega una mayor profundidad a su universo.

«Soy un anciano, ya no duermo, me levanto muy temprano en invierno y en verano, aquí estoy»

Y, si hablamos de envoltorio, destaca la apuesta estética, tanto en la portada como en el videoclip de «Jilguero»,  una pieza audiovisual desarrollada por Antón Miranda y Xaime Miranda. Es un claro homenaje al City Pop japonés, a un movimiento que fue tan breve como maravilloso. Lo mismo ocurre con el canto de los pájaros. Si no estás atento, te pierdes el milagro.

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