RC Deportivo, versión: 2.0

por Alberto Esparis Ogando

Técnico de Fútbol Profesional

En lo que nos concentramos es en lo que nos convertimos”.  Oprah Winfrey 

Así que no era tan difícil, que poner a cada uno en su sitio, aunque no sea a todos, es una buena idea y da resultados. Que centrándose en lo básico el beneficio es inmediato.

Lo difícil es desprenderse de la ideología Lillo: esa teoría de que el gol no hay que buscarlo, que el gol aparece, que se defiende mejor con el balón; del expediente xxl de las superioridades y las diferentes alturas, perder o ganar altura, y tal y tal… que diría Gil. Pero finalmente, como casi siempre, el gol viene en un córner, de un balón en largo o en un contraataque de toda la vida. Esa fue la realidad del triunfo sobre el Fuenlabrada. Un equipo tan limitado que si lo coge el Deportivo Ciudad de los “Loliño, Cea, Calibre…” le pintan la cara. 

En este partido se confirmaron los brotes verdes de hace 15 días en Riazor. Una buena noticia para un RC Deportivo que andaba perdido en lo abstracto de las superioridades, asociaciones y obsesión por la posesión. Han pasado de la romería con pincho de tortilla y vino de la casa a la fiesta organizada con mesa y mantel, previa cita. Si es que para algunos entrenadores de fútbol el toro de Osborne tiene un gran parecido con la oveja Dolly. 

Defensivamente el equipo ha mejorado tanto su mentalidad como organización y acierto, ya no se defiende corriendo hacia atrás ( nunca entendí la definición de defensa por dar la espalda al rival). Una de las actitudes más llamativas en esta nueva organización defensiva es ver a los jugadores del Deportivo recuperando el sitio a toda velocidad, como un equipo, para a continuación actuar sobre el poseedor del balón y su entorno.  Replegar, bascular y presionar son aspectos básicos muy fáciles de entender y aplicar, pero tan necesarios como siempre. 

En ataque ya no se pierde el tiempo con el “socialismo y redistribución del balón” entre los que menos aportan y los más valiosos y productivos. No como antes que, mientras se socializaba el espacio con secuencias interminables de pases sin sentido, el rival se organizaba con suma facilidad, en tiempo y forma. En este sentido, la aportación de los chavales -del mercado de abastos- David Mella y Yeremay, le dan una dimensión al juego ofensivo del equipo que, aún fichando a otros 10 en el siguiente mercando, sin ellos no tendría. Particularmente me parece excesivo que además de actuar fuera de su puesto (Mella) se desgasten en defensa como verdaderos gladiadores.

Otro aspecto a destacar es el buen estado físico del equipo, ahora su energía va más allá de los 20 primeros minutos. Iba siendo hora que en este equipo, tan mal confeccionado de inicio, funcionasen dos o tres cosas a la vez. ¡Enhorabuena!

A todo esto, el que defiende como normal equivocarse en el 50% de los fichajes dice que necesitan un SEIS (Un 6), si es que no da para más. Y dígame Ud.  ¿Qué tipo de seis busca teniendo a Jairo y a Rubén en casa? ¡Ah! que usted es de los que quiere jugadores limitados a un rol determinado, un medio centro defensivo, por ejemplo. O sea, la mitad de un centrocampista que luego completa con su otra media naranja: un medio centro ofensivo. Así jugamos con uno menos aunque sumen once. Tan modernos con el vocabulario y tan antiguos con el remedio.

Por cierto, un premio para los que endosaron el 3 a la espalda del mejor del equipo, tuvo que ser cosa del clan. Una idea tan brillante no sale de una sola cabeza.

¡Señor, perdónales que no saben lo que hacen! 

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