Celta – Barça. 1-2 ¿Preñalti?

por Alberto Esparis Ogando

No hay penalti en el área del Celta si no falta del jugador del Barcelona.

Para pitar un penalti tiene que haber dolo; engaño, simulación, fraude. En este caso, se mire por donde se mire, nada de eso ocurre. 

El jugador del Celta está mirando fijamente a un balón aéreo, con la cabeza alta y la intención de despejarlo; su pie de apoyo, el izquierdo, está fijado al césped y el derecho ya en dirección al balón. En ese momento, el jugador del Barcelona con la intención de interferir, evitar, obstruir; todavía da un paso más para taponar y saltar de espaldas al balón, interponiéndose en la trayectoria y acción del jugador del Celta. Es el jugador del Barcelona quien comete la infracción al saltar sobre un contrario sin intención de jugar el balón. 

En mi opinión, la clave para sancionar correctamente este tipo de acciones reside en quien inicia primero el último movimiento hacia el balón. En este caso, el defensor del celta proyecta el movimiento final mucho antes que el del Barcelona. No puede intuir lo que va a hacer el rival, no tiene intención de golpearlo, no hay ninguna posibilidad de gol. NO HAY NADA. 

En la siguiente imagen, correspondiente a la repetición del penalti mal señalado con anterioridad, se observa como un jugador del Barcelona entra en el área antes de que su compañero golpee el balón por lo que el gol debió ser anulado. Doctores tiene la Iglesia.

En una sociedad hiperregulada e intervencionista como la actual donde la interpretación de la norma queda a criterio de la o las personas que tienen el deber de resolver, en muchos casos sin los recursos técnicos o materiales necesarios (de preparación no hablamos), el fútbol no podía ser una excepción. Antes al contrario, el mayor exponente de lo mal que se pueden hacer las cosas con los bolsillos llenos y exención de responsabilidades para la toma de decisiones equivocadas desde una organización tan extensa como ineficaz. Una suerte de superposición y entrelazado de poderes cuyo primer y único mandamiento es justificar su existencia sin importarle lo más mínimo las consecuencias de sus resoluciones.  

Las comidas pesadas y el alcohol afectan seriamente a la inspiración. 

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