Coordinadora de Cofradías de Cangas de Morrazo
La localidad pontevedresa de Cangas se prepara para celebrar su Semana Santa. Después de tres años sometidas a las restricciones derivadas de la pandemia, esta fiesta declarada de interés turístico gallego, recupera este año 2023 su completa normalidad. Las calles se han engalanado para anunciar la proximidad de las celebraciones pascuales que se encuentran tan enraizadas dentro de la población canguesa.
Desde hace más de quinientos años los habitantes de esta localidad costera gallega realizan actos procesionales durante la Semana Santa. Inicialmente, las cofradías de la Misericordia y del Cristo del Consuelo fueron las encargadas de llevar a cabo todos los actos pascuales. A las que se unieron las de la Virgen de los Dolores y la Soledad, siglo XVIII, las Negaciones de San Pedro en 1992 y, recientemente, la del Cristo Resucitado. Además, debemos tener en cuenta a las asociaciones de bandas y tambores, así como a la Legio romana Berobreo que, de un modo complementario y bajo la coordinación de la Junta de Cofradías de Cangas, articulan los diversos actos que se celebran entre los días 13 de marzo, con el traslado de la Virgen de los Dolores, hasta el 31 de marzo, domingo de resurrección.
En Cangas la devoción por la Virgen de los Dolores se encuentra muy arraigada y, junto con el Cristo del Consuelo, conforman el patronazgo de esta villa marinera. Es tal su devoción que, tras la desamortización de Mendizabal, su imagen fue alojada en el salón de sesiones de la casa consistorial hasta que en el año 1919 se traslada al domicilio de un miembro de la cofradía de la que es titular. Hace diez días que la imagen de la Virgen se trasladó desde la casa particular en la que reside habitualmente hasta el tempo parroquial para su celebración.
Este viernes se produce para todos los residentes en la comarca del Morrazo la anhelada procesión de la Stma. Virgen de los Dolores que, bajo pajo palio, recorre la villa marinera. El anda procesional es portada por veinticuatro hombres y mujeres que, a hombros hacen vibrar a todos los asistentes. Con esta celebración se anuncia la llegada de las celebraciones pascuales de esta localidad.
El Domingo de Ramos a las once de la mañana se celebrará la procesión da Borriquilla. Este es un día muy especial para los niños que, a las seis de la tarde realizarán por el barrio del costal, próximo al cruceiro de Singilis, su particular Vía Crucis infantil. Será el martes cuando, a las siete y media de la tarde, en la iglesia excolegiata se celebre el Vía Crucis para los adultos.
Los días grandes del triduo pascual cangués será el Jueves Santo con la procesión de la «Última Cena del Señor», a las 8 de la tarde. Para continuar con el Viernes Santo vertiginoso que se inicia a las 7 de la mañana con la procesión de las «Tres Negaciones de San Pedro», continuando a las 10 horas con la del «Santo Encuentro. Por la tarde, dentro del recinto sagrado, se realizará el sermón de las siete palabras con el protocolario y ceremonioso «Descendimiento y Desenclavo de Jesús» de una monumental cruz diseñada al efecto. Por la tarde, a las ocho, se realizará la procesión del «Santo Entierro». La jornada culminará con la procesión «del silencio» que discurrirá por el pueblo en penumbras que únicamente será iluminado por los velones de los cofrades y asistentes. Finalmente, el viernes de Resurrección, a las 10:30 horas se celebrará la procesión de «Jesús resucitado» y el encuentro con su madre, la Virgen María.
La riqueza escultórica de la Semana Santa de Cangas.
Las calles son el lugar de encuentro de los vecinos y visitantes. A lo largo de todos los recorridos procesionales pueden ser admiradas los grupos escultóricos e imágenes que integran la rica imaginaría canguesa. En total armonía se pueden admirar figuras de vestir, junto con tallas de madera policromada. A excepción de la Virgen de los Dolores que son portadas bajo palio, y la Santa Cena, que lo hace a ruedas, en su inmensa mayoría, procesionan cargadas a hombros en andas a parihuela y de barrotes.
La diversidad y particularidad de las tallas merecen ser tomadas en consideración. Las obras realizadas que el escultor Cerviño Quinteiro realizó a finales del siglo XIX integran el grueso de las figuras procesionales. Desde el grandioso paso de la «Ultima Cena», en la que de un modo dinámico se representan a Jesús y sus apóstoles, pasando por el Nazareno, llamado vulgarmente de «las tres caídas» que, acompañado del Cireneo y un tétrico centurión romano, denominado por los lugareños Carnacedo, y los dos grotescos sayones. Éste último, junto con las imágenes de San Juan, las tres Marías -Magdalena, Salomé y la de Cleofás-, Verónica, el Cristo yacente son articulados. Mención aparte merece la imagen de un niño que porta los instrumentos con los que se realizará la crucifixión de Jesús, el conocido como «Francisquiño da ferramenta». De este modo, éste se convierte en la peculiar y original aportación del maestro imaginero gallego al relato procesional. Los mayores del lugar recuerdan cuando procesionaba el Carnacedo «de modo amenazante» movía sus ojos, incluso no olvidan el potente sonido procedente de su lituo. Esta trompa, similar a la tuba romana, era un instrumento utilizado tanto en el ámbito militar como en las celebraciones civiles que, para obtener su peculiar sonido agudo y estridente necesitaba de un gran chorro de aire que solo unos pocos eran capaces de proporcionar. Actualmente el mecanismo del tubo de viento se encuentra inutilizado.
Pero, conviene no olvidar que, existen muchas otras imágenes procesionales relevantes. Dentro de las representaciones de Cristo, destacan la del Consuelo, obra de Juan de Pintos, que recuerda a las tallas del maestro gallego Gregorio Fernández, junto con la rústica imagen del Buen Jesús, que es un reflejo de los denominados «Cristo de la sal», tan propio de las costas gallegas. Aunque de más modernamente se han incorporados los pasos del Jesús de la Salud en su flagelación, acompañado de dos feroces verdugos o reclutas sirios y la oración en el huerto. Asimismo, las imágenes barrocas de la Virgen de los Dolores, de la Soledad y la Piedad, junto con la de san Pedro y Jesús montado en borriquilla han sido durante muchos años los elementos propios de estas procesiones. En los últimos años se han incorporado nuevos elementos escultóricos de gran importancia como son el Cristo resucitado, el Cristo del Perdón y la talla de san Pedro apóstol.
Durante todo el año estas imágenes se encuentran custodias por las diferentes cofradías y hermandades en domicilios particulares y almacenes habilitados a tal efecto, puesto que, la villa de Cangas no dispone de un recinto con las dimensiones necesarias para albergar este rico patrimonio artístico. De modo temporal, la iglesia ex colegiata de Santiago de Cangas se convierte en un monumental museo de imaginería religiosa local. Este podría ser el lugar adecuado para admirar conjuntamente la veintena de imágenes procesionales de esta villa costera.