La RFEF está revuelta, por lo que vamos conociendo, se asemeja más a un secadero de chorizos, que a una entidad deportiva. La mayoría de los presidentes territoriales no quieren que nada cambie en la RFEF, se apresuraron a avalar al ahora imputado Pedro Rocha, no vaya a ser que, el nuevo presidente quiera higienizar el futbol español, convertido en un pozo sin fondo de buitres, donde presidentes territoriales y sus conmilitones viven a cuerpo de rey, a cuenta de la caja.
No dudo de la presunción de honestidad como presidente de la RFGF de Rafa Louzán, aunque la honestidad, ética y estética deben de ir de la mano. En cuanto a honestidad, Rafa cuenta con el beneplácito de los asambleístas, que aprueban a la búlgara, todo lo que propone en la Asamblea y de momento, la UCO no ha visitado las instalaciones de la RFGF, ni entró en las cuentas de la Mutualidad, por consiguiente, hasta hoy, tiene una trayectoria intachable como presidente, aunque está pendiente el fallo del recurso por los siete años de inhabilitación dictados en sentencia judicial. La situación judicial es exógena a su trayectoria en la RFGF.
Rafa y sus conmilitones se pusieron de lado para no cesar a José Manuel Fernández Cid, vicepresidente de la RFGF y representante del fútbol de Ourense, por haber utilizado la megafonía del recinto donde se jugaba el partido UD Barbadás B-UCD Cartelle, para denostar a la madre de un jugador del UCD Cartelle, con el más vil de los insultos.
La estética es lo que parece olvidar Louzán no cesando a un tipo, que no sabe el lugar que ocupa en el fútbol gallego, lo soluciona con una multa al Barbadás y “omertá”. ¿Dónde está los valores de los que blasonan? En mis años de profesional de la información, no he visto un dislate como este, un vicepresidente de la Federación Gallega de Fútbol, utilizando la megafonía de un campo de futbol, para llamarle “hijo de…”, a un jugador que participaba en el partido.
La Junta Directiva de la RFGF, de la cual es vicepresidente el tipo de los insultos, está compuesta por doce hombres y una sola mujer, luego presumen de igualdad tras la pancarta del Día de la Mujer, obviando la paridad en los órganos federativos.
Los doce de Luis Buñuel Los doce de Louzán
A buen entendedor… En esta ocasión, las personas que llevan luchando por la igualdad tienen un buen motivo para exigir la dimisión de un tipo, que le ha faltado públicamente al respeto a la dignidad de un jugador y por ende, a su madre. Rafael Louzán fue denostado por varias asociaciones de mujeres pidiendo su dimisión por haber coreado a Rubiales, al que ahora, como hizo San Pedro con Jesús, niega conocer.
Cada vez se hace más necesario hacer un relevo histórico en el fútbol español y por ende, en el gallego, desterrar a pillos y golfos, higienizar el fútbol es tarea de todos, a día de hoy por la cantidad de intereses preñados de conveniencias personales, no va a ser fácil, se agarran a la silla los dirigentes, dando la sensación que la llevan pegada al culo, formando parte del decorado. Empezaba a creer en Rafael Louzán, un presidente de boina, sería una tremenda decepción que no cesara al “locutor” que insultó gravemente a un jugador mentando a su madre.
Me quedo con esta frase de un colectivo de mujeres: “Es una responsabilidad colectiva apartar no solo a los corruptos y a los que agreden, sino también a quien calla, respalda y disculpa estos comportamientos”
Tengo la sensación, que una ligera nube misógina “revolotea” por San Lázaro