Los bomberos de Pontevedra por medio de las centrales sindicales CCOO, UGT y CSIF quieren sumarse a las manifestaciones en contra de los bolardos instalados en la calle Peregrina, dichos bolardos y otros, así como la coincidencia de señalización y maceteros que dan cabida a multitud de árboles en gran parte de las intersecciones de la ciudad dificultan y en algunos casos imposibilitan el acceso de los vehículos de bomberos a distintas zonas del centro, teniendo que utilizar itinerarios mucho más largos e incluso acceder en sentido contrario con el riesgo que conlleva tanto para los trabajadores como para el resto de usuarios de la vía.
Recordemos que los vehículos que se utilizan en el servicio de extinción de incendios, exceden con creces las dimensiones de un utilitario convencional, siendo más difícil si cabe los desplazamientos por las distintas calles, vehículos que son imprescindibles para llevar a cabo nuestra labor, ya sea para el acceso a grandes alturas o para transportar las herramientas y los medios de extinción necesarios para cualquier emergencia.
Estas circunstancias ya se pusieron en conocimiento en numerosas ocasiones a este grupo de gobierno haciendo caso omiso al respecto. Las últimas declaraciones del delegado del gobierno en Pontevedra solo ponen de manifiesto la falta de transparencia y la total y absoluta falta de responsabilidad por parte de los miembros del gobierno del BNG tanto con las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado como con los servicios de emergencias, y por extensión todos los ciudadanos de Pontevedra, los cuales reciben unos servicios infra dimensionados y a mayores con un tiempo de respuesta ante una emergencia excesivamente elevado por las trabas urbanísticas que el alcalde Lores y sus concejales se esmeran en poner a lo largo y ancho del territorio municipal.
Esta cuestión ya estuvo en debate cuando el 1 de febrero de 2016, un incendio arrasó el inmueble situado entre las calles Michelena y Soportales de la Herreria. Aquel siniestro puso de manifiesto las dificultades de accesibilidad a ciertas zonas de la ciudad, y las dificultades de maniobra de vehículos de características como las de los de bomberos. Todo ello agrabado por la presencia de los refuerzos de otros concellos que prácticamente desconocen las “características” de los elementos para disuadir el tráfico que tenemos en Pontevedra.
Hoy en día aún no se dispone de un plan de emergencias actualizado y técnico, avalado por los profesionales de urgencias y emergencias que permita actuaciones seguras, rápidas y organizadas, y en su caso la eliminación o sustitución de elementos que impiden a los servicios de urgencia ofrecer a la ciudadanía tiempos de respuesta más cortos.