RC Deportivo. Juan Carlos Escotet nos tocá “el acordeón”. -Aquí comienza otra historia II-

por Gonzalo Soto

@gonzalogsoto

Mis cinco amores son: Mi familia, amigos, RC Deportivo, la Virgen de los MIlagros de Caión y mi barrio, San Amaro. Dicho esto, como soy un contador de sucesos, no tengo camiseta, ni sobres de color marrón, solo sentimiento hacia mi Club, expreso en libertad, sin mochila, lo que siento al ver los temas sistémicos que, Juan Carlos Escotet, (la propiedad) está imprimiendo en el RC Deportivo.

El pasado domingo 26, en plena resaca de las fiestas del ascenso deportivista, el club publicaba en su web -que no en redes- una convocatoria de junta de accionistas urgente para formalizar una drástica y casi plena reducción de capital, seguida de una ampliación del mismo en las cuantías que el club adeuda a la entidad bancaria dirigente. Dicho proceder legal se denomina en el argot jurídico-mercantil “operación acordeón”, por la similitud de sus fases con la forma de contraerse y ampliarse que tiene la caja de ese instrumento cuando está en plena interpretación musical.

La reducción de capital supone eliminar de un plumazo el valor de las acciones nominales de las que son titulares casi 25.000 accionistas que, en sus distintos momentos de suscripción, depositaron su importe dinerario correspondiente. De este modo, cada acción de 60 € pasa a tener un valor nominal de 8 céntimos. Es decir, una devaluación del 99,87 %. Una vez se apruebe este punto, el valor nominal de la sociedad deportivista pasará a ser de 60.775,36 €.

En el siguiente punto, se aprobará la consecuente ampliación de capital con prima de emisión, es decir, pagando más de lo que dice el valor nominal del título suscrito. En este caso, la prima es de 98 céntimos sobre los 8 que dice la acción. Dicho de forma coloquial: cualquier suscriptor pagará 98 céntimos por cada acción, cuyo valor anotado es de 8 céntimos de euro. Esta fase consta de dos apartados que hay que destacar: uno, para que el banco compense los créditos adeudados (no donados como alguien erróneamente entendió) y suscriba las acciones correspondientes a su valor; y dos, otra ampliación por algo menos del importe suscrito por el banco dirigido al resto de los actuales accionistas y co-propietarios del club con Abanca.  

La operación tiene muchas incógnitas y ha generado cierto malestar entre los accionistas. Ya no por el momento de la convocatoria (se publica el domingo 26, pero estaba firmada desde el miércoles 22), sino por otros puntos oscuros: la exclusividad de la forma telemática de asistencia y votación (¿habrá miedo a los “virus”?), la modificación del punto relativo al derecho de asistencia a las juntas, elevando el mínimo necesario para evitar que socios ajenos a Abanca puedan asistir (¿habrá miedo al debate?).

Pero lo más grave viene en el punto 4, “incrementar la estabilidad financiera y deportiva del club”. Después de cuatro años de gestión directa del banco, con políticas de “ordeno y mando” y cambios drásticos en la cúpula del club (con protagonismo del presidente banquero y su familia); ahora, tras volver al fútbol profesional, ¿la propiedad transmite dudas sobre la viabilidad del club? ¿Qué obligaciones han sido remitidas por LaLiga para tener que acometer esta operativa de esta forma?

Y, sobre todo, después de todo este tiempo y anuncios varios por parte de la dirección italiano-austriaco-portuguesa cuando la euforia se desató, ¿cuál es el plan estratégico de la propiedad con su participada más popular? ¿Traspaso inmediato o continuidad?

Sobre el tema del convenio Ayuntamiento-Deportivo, Inés Rey debe de hacerlo público inmediatamente, afecta a toda la ciudadanía, demorarlo en el tiempo, genera dudas si hay o no hay algún artículo incluido diferente al convenio anterior y estas pueden pasar factura el 9J. No más burlas al deportivismo, el valor del Club son sus incondicionales, 90.000 personas recibiendo al RC Deportivo de La Coruña el día del partido contra el Barcelona Atlético, 60.000 en la fuente de Cuatro Caminos y más de 15.000 en la plaza de María Pita, sin contar las personas que llenan el estadio municipal de Riazor, o las y los deportivistas que se desplazan para animar a los jugadores fuera de «casa». Escotet podrá comprar el Club, comprar a jesuseros mediáticos, lo que nunca podrá comprar, es el sentimiento de miles de deportivistas.

¡Esperamos a que suene la música y Juan Carlos Escotet nos toque “el acordeón”!

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