En lo que respecta a este asunto del mercado armamentístico, primer negocio mundial en el ente humano, durante mucho tiempo fue así, la primera industria, pero hoy sigue siendo así lo único que está blanqueado.
Lo realizan presidentes, jefes de Estado, está aprobado por secretarios de estado de países «democráticos» y dictaduras, así como repúblicas y demás títulos nobiliarios que se le quieran poner, pero al final es Comercio de Armas.
Ni los que dicen que son malos son tan malos como parecen mostrarnos, ni los que van de buenos y colaboradores y supuestamente de demócratas son tan buenos.
Bueno, quizás pueda ser que la industria farmacéutica, con todas sus trampas, que se intuyen, supere a la de armas, pero que se ve el avance militarista por el planeta y el no querer establecer acuerdos claros sobre el terreno.
Entonces estos señores de alta alcurnia parecen más bien pertenecer al negocio del ente armamentístico, tal cual hicieron sus predecesores.
Nada es lo que parece y todo es una gran mentira, pero cuidado , el tiempo en su avance demoledor es el mejor juez y fiscal que nos podemos encontrar.
Este artículo en concreto, así como otros, será de no publicación en los medios, dado que ellos están vendidos a estas mismas empresas que a través de subempresas los subvencionan o patrocinan.
Pero somos conscientes de ello.