El Equipo Cortizo continúa mostrando su fortaleza y apostando por la potencia de su bloque para ampliar el palmarés de una temporada en la que ya suma 29 triunfos. El último corredor en apuntarse una victoria es Pablo Bonilla, flamante vencedor de la Vuelta a Madrid tras cinco durísimas etapas en la que los padroneses tuvieron que tirar de oficio hasta el último día para proteger el liderato del ciclista uruguayo.
Los de Marcos Serrano postulaban su candidatura al triunfo final desde la primera jornada, terminando segundos en la crono por equipos del prólogo en Valdemorillo. A pesar de que esta modalidad no se ajusta especialmente al perfil de su plantilla, los padroneses exhibieron un gran nivel y tan solo se vieron superados por el Polti Kometa, estableciendo, además, importantes diferencias con muchos de los favoritos.
La segunda tirada se resolvió al esprint y no dejó grandes diferencias en una general que saltó por los aires al día siguiente. La tercera etapa, en Buitrago del Lozoya, tuvo claro acento gallego; Bonilla, del Cortizo, y Lucas Peres, del Superfroiz, se lanzaron a la aventura cuando aún no se había completado ni la mitad del recorrido. El entendimiento entre ambos corredores y el brillante trabajo por detrás de Hugo de la Calle para aplacar cualquier intento de neutralización permitieron que la fuga llegase a buen puerto: Peres se apuntó la etapa y Bonilla se enfundó un maillot rojo que ya no abandonaría hasta finalizar la prueba.
Por delante, quedaban dos etapas y un colchón de 57 segundos sobre su compañero Hugo de la Calle y de 58 sobre Sam Maisonobe (Vendée U Pays). El equipo francés apuró sus opciones tanto en la etapa de Alcalá de Henares como en Robledo de Chavela, imponiendo un ritmo altísimo que obligó a los de Marcos Serrano a vestirse el mono de trabajo para proteger el liderato de Bonilla. De la Calle, con problemas físicos el sábado, todavía guardaba sus últimas fuerzas para empujar al pelotón en la tirada final y reducir las diferencias con la fuga en la que marchaba Maisonobe. El corredor galo se llevó el triunfo de etapa, pero no pudo arrebatarle la victoria de la general a Bonilla. El uruguayo, que ya había sido segundo en la Volta a Castelló y en la Volta ao Baixo Miño, consigue por fin subir a lo más alto del podio y lo hace en una de las carreras más exigentes de la categoría sub-23. “Estoy muy feliz, pero sobre todo agradecido a mis compañeros. La Vuelta a Madrid no sería mía si no fuese por su excelente trabajo, protegiéndome en todo momento para asegurar el liderato. Ojalá sea la primera de muchas, seguiré dando pasos que me acerquen a mi sueño de dar el salto al ciclismo profesional”, concluía el corredor de Treinta y Tres.