Otro año más, como cada verano, la continuidad en los cuidados que otorgan las matronas a las mujeres se ve suspendida. No hay matronas para cubrir las vacaciones estivales
Desde la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME), el Consejo General de Enfermería, diversas organizaciones colegiales y sindicatos, se lleva años denunciando un grave problema que pone en peligro la calidad y seguridad de la asistencia y cuidados a la salud sexual y reproductiva en nuestro país.
Cada verano, la continuidad en los cuidados proporcionados por las matronas a las mujeres se ve interrumpida debido a la falta de profesionales para cubrir las vacaciones estivales. Esta situación provoca que en varias comunidades autónomas y servicios de salud no se cubra la asistencia en atención primaria, retrasando o suspendiendo servicios hasta el final del periodo estival. En muchos casos, se recurre a enfermeras no especialistas para cubrir puestos de matrona, lo cual conlleva una pérdida significativa de la calidad asistencial.
Este problema representa un retroceso para aquellos servicios que apostaron por la reconversión de plazas de enfermera a matrona en los servicios de salud sexual y reproductiva, y crea una barrera para que más servicios se sumen a este cambio en pro de la calidad asistencial.
La falta de planificación adecuada para asegurar la calidad de los servicios sanitarios en nuestro país lleva años sin atenderse. La problemática del número de matronas no es algo nuevo. Ya en el informe de «Profesionales de Enfermería. Oferta-Necesidad 2010-2025» del SNS se constataba un déficit de matronas, con una ratio de 12,4 matronas por cada 1.000 nacimientos, menos de la mitad que la media de los países de la OCDE (25 matronas/1000 nacimientos). A pesar de que se preveía que el número de matronas en 2025 ascendería a 9.030, según los últimos datos, el número de matronas colegiadas ronda las 7.900. Además, un elevado porcentaje de estas matronas están próximas a la jubilación y la tasa de reposición es inferior a la de retiro.
También, el informe «Desarrollo de la profesión de matronas: retos y recomendaciones» elaborado recientemente por la consultoría Crowe para FAME confirma que España sigue a la cola en cuanto al número de matronas por mujer en Europa, con una ratio de 6,1 por cada 10.000 mujeres entre 14-65 años. Este dato nos sitúa lejos de países como Irlanda, Finlandia o Bélgica, que superan las 30 matronas por cada 10.000 mujeres en esa franja de edad.
Desde FAME, identificamos que el origen de este problema radica en la suspensión de la formación de matronas en nuestro país entre los años 1987 y 1992, y se ha agravado desde entones por la continua oferta insuficiente de plazas de especialidad en las convocatorias, que en 30 años nunca han alcanzado las 500 anuales.
Desde FAME y sus Asociaciones miembros llevamos años luchando por asegurar que las mujeres tengan acceso a cuidados de salud sexual y reproductiva de calidad, tratando de asegurar la presencia de matronas en todos los servicios y consultas en los que ésta es atendida. Sin embargo, la falta de profesionales pone en peligro este objetivo, alejando de la realidad a aquellas zonas geográficas en las que aún se lucha por ello y poniendo en peligro aquellas en las que se han logrado avances estos últimos años.
Las matronas no solo cuidamos a la mujer durante el parto, acompañamos a la mujer en todas sus etapas vitales, desde la infancia hasta la senectud porque la sexualidad no empieza o finaliza en una determinada edad; al igual que la de los hombres, nos acompaña toda nuestra vida, y debe ser cuidada, planificada y acompañada durante toda ella: educación afectivo-sexual, planificación familiar, atención a la sexualidad y sus disfunciones, planificación en la etapa preconcepcional, acompañamiento al embarazo, parto, postparto, acompañamiento en la interrupción legal del embarazo, en el climaterio, la salud ginecológica… La falta de profesionales matronas pone en peligro estos cuidados y merma su calidad.
Además, la escasez de matronas limita el desarrollo de competencias y autonomía, desmotivando a las profesionales y fomentando el intrusismo de otros colectivos que intentan abarcar áreas competenciales propias de las matronas.
Desde FAME, y conforme al informe «Desarrollo de la profesión de matronas: retos y recomendaciones», proponemos un cambio en el modelo formativo. Es hora de que el Ministerio de Sanidad se haga eco de esta demanda y ponga en marcha las medidas que aseguren un cambio en esta tendencia, es hora de que se plantee de verdad la posibilidad de dar luz verde al Grado de Matrona.