El alto costo del silencio. Por Iñaki Anasagasti

por Iñaki Anasagasti

Ricardo Franco, profesor, conferenciante, ex presidente de la Academia de Ciencias Médicas un médico cercano y muy prestigioso de Bilbao. Jubilado sigue ejerciendo y dictando cátedra médica y democrática. Me ha escrito lo siguiente:

Según el sociólogo, activista de derechos humanos y periodista independiente, de apellido vasco (originario de Amurrio), Rafael Uzcátegui, autor del “El costo del silencio, tres elementos han aumentado la conflictividad en la Venezuela poschavista, convirtiendo a este maravilloso país, cuna que te vió nacer, Iñaki, en un escenario irrespirable: el comportamiento del chavismo popular, el impacto de medidas de ajuste económico y el desborde institucional de la movilización ciudadana.

Afortunadamente, de un tiempo a esta parte, y de manera exponencial desde el último pucherazo electoral, estamos asistiendo a la emergencia de un conflicto altamente descentralizado, como consecuencia de una oposición, ¡por fin!, potente y decididamente democrática, y el uso intensivo/defensivo de las redes sociales.

La izquierda internacional ha mantenido siempre un relato miope y egocéntrico en el análisis sobre Venezuela, y una absoluta ausencia de empatía con el sufrimiento real y concreto de millones de venezolanos.

Nunca han cuestionado el progresivo desvío autoritario de Hugo Chávez primero, y la dictadura esperpéntica de ese sátrapa energúmeno, Nicolás Maduro, después.

Para cualquier, venezolano, mínimamente instruido, menor de 30 años, la izquierda dejó de ser el referente de la virtud en política.

Venezuela significa hoy muchos desafíos, no sólo para el movimiento social local plural, diverso y mayoritario que desea regresar a la democracia, sino también para quienes desde diferentes partes del mundo siguen afirmando que están comprometidos con los valores de justicia social, libertad y no discriminación.
Pero como dice, a modo de coletilla, un colaborador, de primera hora, del programa matinal de una emisora de radio española, tras relatar una noticia reseñable: “ Y esto que les acabo de contar ¿a quién le importa?”….O como bien te preguntas, nos preguntamos ¿qué podemos esperar de una sociedad donde se calla ante el dolor ajeno y se mira a otra parte?…donde hasta los medios de comunicación, incluidos los nuestros, ejercen el poder de forma excluyente?.

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