Las ecologistas piden al Alcalde de Sevilla que no trate a este árbol como un “piso turístico” y le proporcione agua antes de que sea irrecuperable.
En el verano de 2022, y en el marco de una enorme agitación ciudadana contraria a esta acción, se llevó la poda del árbol másemblemático de la ciudad de Sevilla. El ficus de la Parroquia de San Jacinto, en el barrio de Triana, despertó una enorme alarma social en todo el país. Se pretendía talar totalmente el árbol centenario bajo la premisa de evitar accidentes por caídas de ramas, así como intentar frenar el deterioro que sus enormes raíces ocasionaban al templo.
El colectivo “Mujeres por Doñana” y miembros de la Asociación “El Burrito Feliz” se desplazaban cada jornada desde Doñana-Huelva para ofrecer alternativas que evitaran la muerte de esta maravilla natural. Sus propuestas intentaban, con el máximo respeto a todas las opiniones discordantes, que la defensa de este árbol se planteara en un ámbito donde reinara el sentido común y se evitaran aspavientos y conductas fuera de lugar.
Han pasado dos años desde la famosa, y controvertida, poda del árbol que finalmente no acabó en una tala total, ya que la acción directa de diferentes colectivos sociales logró poner freno al arranque definitivo del ficus.
Cada uno de los diferentes grupos ecologistas que se implicaron en el problema ofreció distintas alternativas, pero fue la ofrecida por “Mujeres por Doñana” la que pareció, en un principio, más llamativadentro de la enorme dificultad que suponía la propuesta. Y es que el colectivo femenino sugirió que, al igual que otras ciudades europeas habían hecho para salvar arboles enormes situados en centros urbanos, se extrajera la base de árbol y fuera trasladada, y replantada, en la finca natural que “Mujeres por Doñana” gestiona en el entorno natural onubense.
Según el colectivo femenino, las personas que consideraron, en un principio, “estrambótica” su propuesta cambiaron de opinión al poder visualizar un dossier en el cual se podían observar acciones de traslado y salvamento, de árboles de características y tamaño similares al ficus, en ciudades muy civilizadas de otras partes del planeta.
La propuesta no pareció desagradar tampoco al Párroco de la Parroquia de San Jacinto y los medios de comunicación se hicieron eco del proyecto. Tanto es así, que el anterior Alcalde de Sevilla,Antonio Muñoz, concedió una audiencia, junto con sus técnicos, a las dos asociaciones onubenses. Reunión que Cristina Mariño, coordinadora de “Mujeres por Doñana” catalogó como muy gratificante. Y es que -según Cristina- encontraron “al político más coherente” de los que han tenido ocasión de tratar en su dilatada lucha por la vida y la naturaleza en Andalucía.
Finalmente, el Ayuntamiento optó por la posibilidad de que el ficus permaneciera en el mismo sitio y se sometiera a cuidados para permitir su recuperación.
Al pasar el primer año observaron, con enorme felicidad y satisfacción, que el ficus renacía y nuevos brotes copaban la parte alta del enorme árbol.
Ha sido en este segundo año, con nuevo gobierno municipal, cuando las ecologistas han comprobado, con estupor, que el ficus presenta un estado que catalogan como calamitoso. Y es que-prácticamente- los brotes se han secado y en la actualidad el árbol presenta un aspecto que no presagia nada bueno de cara a la viabilidad futura del árbol.
“Mujeres por Doñana” acude regularmente a observar la evolución del problema y consideran que el protocolo de salvamento del ficus no es, en absoluto, satisfactorio. Las ecologistas no acaban de comprender las excusas que el Consistorio alega en la nueva situación del ficus y, en breve, solicitaran una audiencia al nuevo Alcalde, del Partido Popular, José Luis Sanz.
Si el nuevo Alcalde, como hizo el anterior regidor del PSOE, les concede esta reunión solicitaran un plan de urgencia que vuelva a contemplar la posibilidad de intentar salvar la vida del árbol mediante un traslado y replante en Doñana. Así mismo le rogaran que no use el derecho a beber agua de las personas como medidas de presión para atacar a unos pisos turísticos mientras que permite y promueve 40 nuevos hoteles en Sevilla en el plazo de solo dos años. Hoteles, muchos de ellos, que usaran zonas de la ciudad que se podrían haber utilizado municipalmente para, al igual que se hace en el País Vasco, ofrecer apartamentos de alquiler asequible a jóvenes que quieren emanciparse.
Para “Mujeres por Doñana” resulta necesario movilizarse socialmente, después de que el Grupo Popular intentaraanteriormente con el denominado “Impuesto al Sol “y en la actualidad con la prohibición de acceder al agua para beber, el coaccionar a las personas con privarles de derechos universalesque pertenecen a los seres humanos en el ámbito su relación con la naturaleza y la ecología. Consideran que, de lo contrario, y aunque resulte absurdo, algunos políticos del Partido Popular nos podrán en un futuro condicionar la vida amenazándonos con “quitarnos el oxígeno para respirar” o cobrar impuestos por bañarnos en nuestro mar.
El ficus de Triana vuelve a ser foco de atención, dos años después del comienzo de la polémica, y se reanuda el esfuerzo para, finalmente, poner a salvo este árbol trasladado desde América a Sevilla por la Orden de los Dominicos en el año 1913, y que representa todo un símbolo para los movimientos ecologistas andaluces.