Cantillana vivió sus fiestas mayores y principales, los días grandes en honor a su Reina, la Divina Pastora. La novena, los rosarios de hermanas y la procesión de la Virgen el día 8 de septiembre son los momentos más destacados de unas fiestas en las que el pueblo refulge, engalanado e iluminado de manera excepcional.
Fue el pasado sábado 31 de agosto cuando dio comienzo el pastoreño mes de septiembre con el traslado de la Divina Pastora al Risco, el altar de cultos bucólico y campestre mantenido desde el siglo XVIII y que cada año florece en la capilla mayor de la parroquia cantillanera. Con la Virgen desde su cumbre pastoreando a su pueblo, se han ido ultimando los preparativos para dar comienzo a los cultos este viernes.
Fue el 6 de septiembre cuando dio comienzo la Solemne Novena en honor a la Divina Pastora, con inicio cada día a las 20.30 horas con el rezo del Santo Rosario, Preces de la Novena, coplas, celebración de la Santa Misa y Salve Solemne.
El simpecado de la Divina Pastora salió y entró en la parroquia en la víspera del día 8
El día 7 de septiembre, víspera del día de la Virgen, tras el segundo día de novena, a las 23.30 horas salió de la parroquia el Santo Rosario de hermanas, presidido por el Simpecado blanco – o de gala – de la Divina Pastora. Acto este identitario de la hermandad pastoreña, origen de la corporación, que nació en 1720 fundada por Fray Isidoro de Sevilla – promotor de la advocación – como rosario de mujeres. De aquí también se constituye el matriarcado que define la localidad, que se mantiene hasta la actualidad y en el que la mujer es la que tiene el papel preeminente en la sociedad cantillanera.
Luciendo sus mejores galas, organizadas por tramos en función de sus edades y atuendos (mantillas blancas y trajes de color para las adolescentes, negras con traje de color para las jóvenes y negras con traje negro para las mujeres adultas y casadas), el Santo Rosario recorrió las calles por las que al día siguiente discurrió la procesión de la Divina Pastora. Abrió el cortejo la banda de música Nuestra Señora de la Soledad de la Algaba y acompañó al Simpecado la banda de Nuestra Señora de la Soledad, de Cantillana.
A su entrada nuevamente en la iglesia, la banda del Sol tocó en la plaza del Palacio, adyacente a la parroquia, los Gozos de la Natividad de la Virgen, que terminaron con fuegos artificiales, anunciando la llegada del Día de la Pastora.
El 8 de septiembre, Sacrosanta Natividad de la Bienaventurada Virgen María, la banda de La Soledad recorrió las calles desde las 8.30 horas en diana musical, acompañada del estallido de cohetes y tracas anunciando el nacimiento de la Virgen. A esa hora se consagró Misa de Alba, previa a la Solemne Función Principal de Instituto, que dio comienzo a las 11.00 horas. Estuvo presidida por el párroco y director espiritual de la hermandad, el Rvdo. Sr. don Manuel Martínez Valdivieso,y contó con la predicación del Excmo. Rvdo. Monseñor Dr. D. Juan Miguel Ferrer Grenesche, Prelado de Honor de Su Santidad, Miembro de la Pontificia Academia Mariana Internacional y Presidente de la Sociedad Marióloga Española, Capellán Superior de la Asamblea Española de la Orden de Malta y Canónigo-Capellán mozárabe de la S.I.C.P. de la Archidiócesis de Toledo, Primada de España.
En el ofertorio de la celebración se realizó la protestación de fe, así como la Renovación del Voto y Juramento en pro de la Realeza Universal de la Soberana Señora, emitido por vez primera el 26 de noviembre de 1950 y del que la hermandad de Cantillana fue precursora junto con otras de la capital..
Concluida la función, en torno a las 15.00 horas, la Divina Pastora se trasladó a su paso procesional. Bajó del Risco para ser llevada, en unas pequeñas andas que facilitan la cercanía con su grey, hasta el paso. De forma especial, la Virgen es acercada a las personas mayores e impedidas situadas en el trayecto que recorre la Virgen, lo que hace aún más emotivo este acto, en el que se desborda el fervor del pueblo devoto que arropa a la Divina Pastora en su tránsito desde el altar al paso.
Si importantes e intensas son las vísperas y los momentos previos, el amor, la devoción y el fervor estallaron de forma desmedida en la procesión triunfal de gloria de la Divina Pastora. Momentos antes de las 22.00 horas se levantó el paso dentro de la parroquia, para cruzar el dintel del templo y salir a su pueblo cuando las campanas dieron la hora en punto. Se hizo la luz, entre vivas, aplausos y el estallido de cientos de cohetes que avisaron al mundo de que la Divina Pastora ya estaba en la calle.
Sin disminuir un ápice el fervor, arropada sin descanso por una marea humana, la Virgen recorrió el pueblo. Las calles aparecieron inundadas de los colores rojo y gualda de la bandera de España, así como tradicionales arcos revestido de papel picado, guirnaldas de flores de papel y de luces, y multitud de alabanzas escritas a lo largo del recorrido. Todo ello hace del entramado de las calles un auténtico vergel donde la decoración es uniforme, empleando los mismos elementos y siguiendo la misma línea y estilo decorativo.
La ceremonia del sombrero, a mitad de la procesión, es patrimonio inmaterial cantillanero
En torno a la media noche, como momento central de la procesión, la Virgen llegó a la pastoreña calle Martín Rey. Bajo la colosal cúpula alzada en la mitad de la vía, la Divina Pastora tuvo lugar la ceremonia del sombrero, en la que la Santísima Virgen se despojó de su tocado pastoril por el sacerdote cantillanero y pastoreño Álvaro Román Villalón – ya que la tradición marca la tradición de que sean manos sacerdotales y del pueblo las que retiren el sombrero –. Acto único y propio que ya atesora un siglo de historia, señero y admirado, patrimonio inmaterial de Cantillana, sucedió entre el frenesí y el fervor de las miles de personas que abarrotaron la calle, bajo una copiosa lluvia de pétalos de rosa y el vuelo de palomas.
Desde la salida no cesaron los cohetes y fuegos de artificio, como tampoco lo hicieron las petaladas con las que los devotos agasajaron a la Reina de Cantillana a lo largo del recorrido. Un itinerario atractivo en cualquiera de sus punto, aunque son lugares para no perderse la calle Martín Rey, la calle Real, la función de fuegos artificiales en la Alameda o la calle del Beato Cardenal Spínola, la popular cuesta del Reloj, que la Pastora asciende entre el gentío a los sones de ‘El Turuta’, que hace esta inmensa chicotá única. Se trata de una marcha militar que hace aligerar el ritmo, y por tanto la cadencia y el son que lleva el paso, mientras sube la cuesta.
La Pastora estuvo cobijada nuevamente en el paso por un rosal
El paso de la Divina Pastora presenta algunas peculiaridades que lo hacen excepcional. Su iluminación es eléctrica, un ingenio novedoso y pionero en la localidad estrenado en 1919. Cuenta también con un sistema de ventilación, que renueva el aire bajo las trabajaderas, instalado en el año 2008 para facilitar el trabajo de los costaleros.
El exorno floral, como es tradición, estuvo compuesto por grandes macizos de varas de nardos en las esquinas, frisos de flores en tonos blancos y las habituales moñas de jazmines en la peña sobre la que se alza la Virgen, y que los pastoreños recogen de sus patios en la tarde del día 8 para elaborar los ramitos y ofrecérselos a la Virgen.
Este año nuevamente la Divina Pastora fue cobijada por un rosal, árbol con el que no procesiona desde el año 2009, y que además de las rosas contuvo en sus ramas pequeñas campanitas – lo que confieren un sonido característico al andar del paso – y la paloma de plata, que representa al Espíritu Santo y derrama haces de oro sobre la Virgen.
En el apartado musical, el pasado 31 de agosto se estrenó una nueva marcha en el traslado de la Divina Pastora al Risco. Titulada ‘Al cielo con la Reina de Cantillana’, ha sido compuesta por el pastoreño Jesús Sanz Lagares y formó parte del repertorio que la banda de música La Soledad de Cantillana interpretó tras la Divina Pastora en su procesión del día 8.
Finalizada la procesión, la Solemne Novena continuó desde el día 9. El domingo 15, último día de Novena, a las 10.30 de la mañana dio comienzo el ejercicio y a las 11.00 la Función Solemne de Clausura. Concluida la misa tuvo lugar la Solemnísima Procesión de Su Divina Majestad por las calles adyacentes a la Parroquia, seguida de la Bendición Solemne, canto de la Despedida y del Himno Pastoreño.
Ya en la noche, a las 21.30 horas, salió de nuevo de la parroquia el Santo Rosario de hermanas, con idéntico formato al de la Víspera, acompañado en esta ocasión por la banda de cornetas y tambores de Nuestra Señora del Sol, de Sevilla, y la banda de música de La Soledad de Cantillana. Estos cultos mayores finalizaron con la entrada nuevamente del Rosario en la parroquia, sede fundacional y residencia canónica de la Hermandad. Este fue un punto y seguido hasta las celebraciones que culminarán el último fin de semana del mes con la Romería de la Divina Pastora, el broche de oro al mes de los pastoreños.
Los simpecados pastoreños son las únicas insignias que se custodian en la parroquia
Junto a las ya mencionadas, hay otras novedades destacadas en estas fiestas. Con respecto al altar de cultos, el Risco estrena nueva iluminación artística, que destaca – aún más si cabe – la imagen de la Divina Pastora, pero también da más realismo y viveza al paisajeagreste sobre el que la Virgen se alza, y pone también la atención en los distintos elementos alegóricos que componen este aparato efímero campestre.
También estrena la hermandad pastoreña una vitrina expositora para sus simpecados, siendo estas las únicas insignias que se custodian, desde su fundación, en la parroquia de Cantillana. Si bien, el simpecado fundacional del Rosario de la Divina Pastora ya se encuentra expuesto en una vitrina en el coro, a los pies del templo, el nuevo expositor se sitúa en la sacristía lateral del camarín de la Divina Pastora. Esta nueva vitrina, expondrá los distintos simpecados pastoreños – el simpecado rojo que contiene la pintura fundacional; elblanco de gala; el verde con la Divina Pastora de Cantillana en plata de Villarreal y que durante muchos años fue el que peregrinó hasta la ermita en la Romería; y el más reciente, el simpecado azul conmemorativo del tercer centenario fundacional, efeméride que se celebró en 2020 y para la que estrenó esta insignia mariana, y que contiene un bajorrelieve oval de la Divina Pastora tallado por el escultor Darío Fernández –.