Santiago de Compostela revive el espíritu del Entroido con un desfile vibrante de tradición y color

por Alejandra Plaza - Frankfurt

El tradicional desfile de Entroido en Santiago de Compostela volvió a llenar de vida, color y tradición las calles
del casco histórico, atrayendo a una multitud de personas que no quisieron perderse esta celebración única. Entre los asistentes, se encontraron tanto gallegos residentes en el exterior como turistas y peregrinos que, sorprendidos por la riqueza cultural de Galicia, se unieron al espíritu festivo del Entroido. Esta manifestación, llena de simbolismo y legado, fue un escaparate vibrante de la diversidad y profundidad de las tradiciones gallegas.

El desfile contó con la participación de más de 400 representantes de los Entroidos tradicionales de toda Galicia, entre los que destacaban los cuatro declarados de Interés Turístico: Vilaboa, Verín, Viana do Bolo y Xenerais da Ulla. A estos se sumaron otras diez manifestaciones más, como los Volantes de Chantada,  Bonitas de Sande (Cartelle), los Vellaróns de Riós, el Entroido de Samede (Paderne) y los Follateiros (Lobios), entre otros. Cada una de estas figuras y personajes tiene una historia propia, ligada a las particularidades culturales y geográficas de su lugar de origen. Así, los trajes y vestimentas que lucían los participantes no sólo son símbolos vivos de las costumbres ancestrales de Galicia.

Uno de los aspectos más fascinantes del desfile es,precisamente, la elaboración artesanal de los trajes, en su mayoría confeccionados con materiales naturales que recuerdan las prácticas tradicionales de los antepasados. Las hojas de maíz, el grano, el vimbio, el papel y las pieles curadas con ceniza, técnicas antiguas transmitidas de generación en generación, adornaron a los participantes, creando una estampa llena de textura y simbolismo. Estos materiales, utilizados antaño por necesidad y recursos locales, se han
mantenido vigentes como una forma de preservar la autenticidad del Entroido. La atmósfera de celebración y comunidad era palpable en las calles. Desde las primeras horas del día, la música a cargo de DJ Mil y la Banda do Beat animó a la multitud, preparando el escenario para el gran desfile que arrancó desde la emblemática plaza del Obradoiro. Al paso de las comparsas, el público no pudo evitar contagiarse del
entusiasmo, con una mezcla de admiración y alegría por la vitalidad de una fiesta que lleva siglos siendo parte del alma de Galicia.

El Entroido gallego, conocido también como Antroido o Introido según la región, no es simplemente un carnaval, sino una de las festividades más subversivas y libres del año. En Galicia, este evento ha resistido
incluso las prohibiciones impuestas durante la dictadura franquista, lo que lo convierte en un símbolo de la resiliencia y del espíritu indomable del pueblo gallego. Hoy, el Entroido goza de una salud extraordinaria, siendo una celebración de referencia no solo en Galicia, sino también a nivel internacional. De hecho, varios Entroidos gallegos han obtenido el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico y más de 175 municipios en la región han declarado festivo el Lunes o Martes de Carnaval o el Miércoles de Ceniza, reforzando la importancia de esta tradición.

El Entroido es una fiesta de participación activa, donde el disfraz no es opcional, sino casi una ley no escrita. Aquellos que no se visten adecuadamente corren el riesgo de recibir azotes de fusta, ser cubiertos de harina o incluso verse obligados a invitar a una ronda de vinos. Este espíritu de jolgorio y transgresión, característico del carnaval, se manifiesta también en los banquetes que acompañan la festividad. Porque en Galicia, como en tantas otras tradiciones, la buena mesa no puede faltar, y los manjares típicos del Entroido, como el lacón con grelos o las filloas, son imprescindibles.

El desfile de Entroido en Santiago de Compostela fue solo una muestra palpable de la riqueza cultural de Galicia, una tierra donde la tradición y la modernidad conviven y se celebran. Las calles de la ciudad se convirtieron en el escenario de una fiesta atemporal, donde cada traje, cada máscara y cada gesto contaba una historia y donde la conexión con el pasado se renovaba en un presente lleno de vida y alegría. Sin duda, este desfile reafirma el poder del Entroido como una de las celebraciones más auténticas y queridas de Galicia.

Este año, por primera vez, la oferta promocional del Entroido gallego llegó a la ciudad alemana de Fráncfort, destacando la presencia de los Follateiros de Lobios en el pabellón de Galicia. La propuesta del Entroido gallego ocupó un lugar central en el espacio «Spanien am Main» durante uno de los eventos internacionales más importantes de la ciudad que atrae a alrededor de dos millones y medio de visitantes en el penúltimo fin de semana de agosto conocido como Museumsuferfest. Los Follateiros son la figura emblemática de un Entroido recientemente recuperado pero con raíces en una tradición muy antigua. Sus trajes, elaborados con hojas de maíz, reflejan la cultura común de la Serra do Xurés, tanto del lado gallego como del portugués. Las máscaras de cartón están decoradas con diferentes granos de maíz de colores y losmcorazones de las mazorcas adornan los cinturones y corpiños.

El Entroido de O Ribeirao, celebrado en Chantada, es una muestra emblemática de esta festividad donde el sombrero artesanal confeccionado, normalmente, por Marisé Rey Álvarez, ha tenido un recorrido internacional, viajando a varios lugares de Alemania y finalmente siendo conservado en un museo suizo gracias al  interés suscitado por unos turistas, quienes han quedado fascinados por sus tradiciones. Dicho sombrero puede pesar hasta 15 kg y está adornado con cintas anchas y largas y flores.

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