El «ultra» Javier Tebas se acuerda del Súper Depor

por Augusto César Lendoiro

Augusto César Lendoiro

Hace una semana Javier Tebas, en una de esas ruedas de prensa que le encantan, en las que ‘dispara’ sin compasión contra un club, un presidente o un organismo, ‘se acordó’ del Super Dépor.

Tras esbozar una sonrisa que asusta, porque anuncia que ya disfruta de la maldad que tiene preparada, respondió así a una pregunta sobre la situación de los de Mestalla.

“El Valencia ha sido un gran club, pero no olvidemos la deuda con que terminó. Eso pasó con el Deportivo de La Coruña, con Lendoiro. También jugó en Europa ¿y cómo Augusto dejó el club? Debiendo 90 millones de euros a la Agencia Tributaria. Así yo también habría hecho un gran club. Que pague el que venga”.

Ante el extraño silencio del Depor y de la prensa, me creo con el derecho, y en la obligación, de responder a cada una de las valoraciones de quien se cree el amo del fútbol, porque maneja todo su dinero, pero solo es un empleado de lujo.

Tebas, como casi siempre, manipula la realidad. Y lo sabe. No se sostiene que nos señale como ‘rara avis’, en lo que se refiere a la Agencia Tributaria. Le consta, a él más que a nadie, que la gran mayoría de clubs debían cantidades muy importantes a una Hacienda, que, entonces, miraba para otro lado.

Tampoco el Deportivo suponía una excepción en lo de “el que venga pague”. En general la llegada de una nueva directiva coincidía con una difícil situación económica… pero que era ya conocida desde antes de presentarse a las elecciones.

Yo lo he vivido en uno y otro sentido. Cuando llegué en 1988 me encontré un club con una gran deuda, pero la conocía de sobra. En 2014, cuando los accionistas decidieron el cambio -yo quería continuar- el consejo de Tino Fernández, no sólo conocía las cuentas, sino que estaban auditadlas por los administradores concursales.

Es penoso que un presidente de LaLiga reduzca al Súper Dépor a ‘un gran club que jugó en Europa”. Por si Tebas se olvidó -o, como no le gusta el fútbol, quizás nunca lo haya sabido- le recordaré lo que significó ese Súper Dépor del que se mofa.

En síntesis diremos que fue campeón de Liga, de dos Copas y de tres Supercopas, que llegó a disputar cinco Champions consecutivas -incluida una semifinal- y que se ganó el cariño de millones de españoles que lo acogieron como su segundo equipo.

Conseguir todo eso, aunque después de 25 años lo dejes con una hipoteca importante, pero a pagar en 35 años, no está al alcance de cualquiera.

Lo sabe Tebas que también intentó presidir un club campeón, pero solo llegó a poder llevarlo hasta Segunda. Se inició como presidente del Huesca. Lo cogió en Tercera División y, al cabo de cinco años, lo dejó en la misma categoría.

Después lo intentó con el Badajoz. Participó en la aventura de Marcelo Tinelli de hacer un gran club. Ficharon destacados jugadores argentinos, pero no pasaron de Segunda. Tinelli, ante el fracaso deportivo y económico -poco después el Badajoz era liquidado- le cedió el timón a Tebas, que pasó por el club sin pena ni gloria.

Tras actuar como ‘agente estratégico’ del Xerez, Rayo, Valladolid, Mallorca… se convirtió en el asesor, abogado y fiel escudero de Piterman. Estoy seguro de que aún hoy se acuerdan de ellos las aficiones del Racing y del Alavés. Los tienen en su recuerdo no por sus logros, sino por los chanchullos, deudas y peligro de desaparición que corrieron

Y con esa hoja de servicios, Tebas se atreve a reírse del Súper Dépor. ¡Que gran ocasión ha perdido para, en lugar de despreciarlo, pedirle a sus aficionados que le perdonasen!

Javier Tebas sabe que la ciudad, con su ayuntamiento a la cabeza, le ha declarado ‘persona non grata’ por sus nefastas decisiones. Pasará a la historia como el hombre que nos condenó injustamente en el ‘caso Fuenlabrada’ y que nos abandonó en el asesinato de Jimmy’. Esas lamentables decisiones ocuparán siempre los primeros lugares de las páginas más negras de la historia del club.

A Tebas, al que tengo por buen jurista, no le tembló la mano al firmar saltarse la norma que el mismo había impuesto: “todos los partidos de la última jornada de Liga se disputarán a la misma hora.”. Pues no. Solo suspendió el Deportivo-Fuenlabrada -por el covid de varios jugadores madrileños- en lugar de hacerlo con todos los encuentros.

Su decisión envió al Deportivo a Segunda B… sin haber podido jugar esa última jornada, en la que se produjeron jugadas que dan pie a pensar en posibles acuerdos o amaños.

Y si el ‘caso Fuenlabrada’ fue muy triste, lo de Jimmy bordeó la rebelión popular. Javier Tebas tuvo la desfachatez de obligar a que se jugase el Atlético-Deportivo, horas después del asesinato.

El ultra ‘católico’ Tebas parece que entiende de una forma muy particular ese gran mandato de “amarás al prójimo como a ti mismo”. Se califica él solo al no suspender el encuentro y despedirme, como el único embajador de LaLiga, por acudir al entierro de Jimmy.

Se podría pensar que entiende que algunas personas no tienen derecho a la vida. El ultra Tebas parece negarle ese derecho a Jimmy, un Riazor Blues, porque él lo considera un ultra. Perdónalo, Señor.

¿Tenía, o no tenía, Tebas poderosas razones para pedir el perdón de los deportivistas?

Lo malo es que le han entregado las llaves de la caja y del control económico. Que no cunda el pánico.

Así actúa el malévolo mandatario de LaLiga. Bien harían los clubs en tener bien presente que Tebas es su empleado. Un empleado de súper lujo, pero empleado al fin y al cabo. Lo malo es que le han entregado las llaves de la caja y del control económico. Que no cunda el pánico.

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