Jesús Antonio Rodríguez Morilla
Leí hace algún tiempo, no recuerdo ahora si era en «De Regno, ad Regem Cypri» también conocido como Del gobierno de los príncipes. o «La Monarquía», ambas de Tomás de Aquino.
Existía un pasaje, en el cual un noble paseaba por la ciudad y se encontraba a una anciana sumida en lamentos y sollozos sobre la muerte del Rey.
Extrañado, nuestro noble le preguntó por las razones que albergaban sus penas y vertidos de ceniza sobre sí misma.
Si era un tirano, afirmaba el noble, ¿de qué te lamentas?
Otro vendrá, que será peor, contestó la compungida y anciana víctima.
La imagen de la anciana que lamenta la muerte del tirano es potente porque capta esa ambivalencia de la sociedad ante el cambio o la falta de él.
La metáfora podría interpretarse sobre la falta de alternativa política o la desesperanza que se da cuando el ciclo de regeneración política parece ausente
Transmite la resonancia del pensamiento de Tomás de Aquino, algo cercano a pasajes sobre la justicia, el bien común y la figura del gobernante, así como la idea similar en torno a la importancia de un buen gobierno y las consecuencias de un mal liderazgo en las sociedades.
La falta de un relevo virtuoso o generación política en la sociedad revela un sentimiento de desesperanza o apatía, similar al de la anciana en el relato.
O bien, la indiferencia o el lamento ante la continuidad de liderazgos desilusionantes que reflejan esa desesperanza.
Les citaba, hace escasas jornadas, la “tristeza política” que tuvimos que contemplar cuando la visita del Presidente de Gobierno a la zona siniestrada por la Dana, y los subsiguientes intercambios de declaraciones entre Gobierno y Oposición, incluidos mutuos desmentidos.
¿Hasta cuando se debe aguantar esa ambivalencia en la sociedad?, ante un cambio o la falta de él, frente a la desesperanza que surge sin la existencia de un horizonte político renovador, reflejándose el cansancio de una ciudadanía que espera —y sigue esperando— un giro verdadero.
La percepción de los ciudadanos recoge de los líderes problemáticos, el reflejo y la continuidad de un modelo insatisfactorio alejado de los principios del conocimiento y el realismo integral.
En De Regno, Tomás de Aquino defiende al gobernante o gobierno que debe aspirar al bien común y ejercer su poder en beneficio de sus súbditos.
Según el Tomismo, un rey que se comporta como un tirano no solo daña a su pueblo, sino que corrompe el orden natural que debe regir en la comunidad política.
Tomás compara al buen gobernante con un pastor que guía a su rebaño, y al tirano, con un lobo que lo devora.
Por último, de nuevo la misma pregunta ¿continúa mereciendo España, la superación en dislates trágicos que nos toca contemplar? ¿O hay que esperar a que decidan los políticos?