Periodistas coinciden en que la lengua española se está imponiendo en el gigante sudamericano por sí sola, a pesar de las últimas decisiones políticas
El fenómeno de la lengua española en Brasil, que en los últimos meses ha sido noticia debido al rechazo del Parlamento del gigante sudamericano a reintroducir por ley su obligatoriedad en todas las escuelas —la llamada «ley del español» estuvo vigente del 2005 al 2016—, ha sido el centro del debate organizado en el Instituto Cervantes en Sao Paulo.
La mesa redonda «¿Qué pasa con el español en Brasil? Los medios como difusores sociales» ha estado protagonizada por Fernanda Godoy, editora de Valor Econômico y ex-editora jefe de O Globo; Carla Jiménez, editora jefe de Política en UOL y exdirectora de El País Brasil; el delegado de la Agencia EFE en Brasil, Manuel Pérez Bella, y Javier Lascuráin, periodista y coordinador ejecutivo del «Nuevo libro del estilo urgente» de la Agencia EFE. Moderado por Sonia Pérez Marco, jefa de Prensa y Comunicación del Instituto Cervantes, el debate ha sido clausurado por Miguel Ángel Oliver, presidente de la Agencia EFE.
El debate se ha centrado en la responsabilidad de los medios con la situación del español en Brasil, el lenguaje utilizado y el rigor de los datos, la verificación de hechos y el traslado a la práctica periodística. Los periodistas que han participado de la mesa redonda han coincidido en que la lengua española se está imponiendo por sí sola en Brasil, a pesar de que algunas decisiones políticas han hecho que se reduzca el número de estudiantes de español en el país.
«A pesar de que Brasil tiene fronteras con la mayoría de los países hispanoamericanos, el español ha sufrido muchos altibajos en los últimos tiempos», ha remarcado Sonia Pérez Marco. Por su parte, Fernanda Godoy ha recordado que el 60 % de los alumnos de secundaria eligen realizar el examen de entrada a la universidad en español y no en inglés.
En esta misma línea, Carla Jiménez ha resaltado que «el español se va a imponer de una manera u otra» y que, probablemente, esto suceda «de abajo para arriba», como una demanda del pueblo hacia la clase política. Ambas han resaltado la cultura como un vehículo del lenguaje, citando el caso de la cantante brasileña Anitta y su colaboración con Luis Fonsi o las películas del director español Pedro Almodóvar.
«El cine es otra fuente inagotable de relación afectiva con el español, ya que la sociedad brasileña consume el español y lo encuentra de forma natural», ha afirmado Jiménez.
Por otra parte, el delegado de la Agencia EFE en Brasil, Manuel Pérez Bella, ha remarcado que el español en Brasil se ha convertido en un asunto de polarización política entre «izquierdas y derechas», en el que los partidos más conservadores defienden la enseñanza del inglés y los más progresistas priorizan la integración latinoamericana y buscan promover el español.
El español es la segunda lengua extranjera más estudiada en Brasil, con 4 millones de estudiantes en los diferentes ciclos formativos. Además, existen unos 700.000 hablantes nativos, lo que hace un total de 5 millones de hablantes potenciales de español.
A pesar de tener fronteras con todos los países de América del Sur, salvo Chile y Ecuador, la lengua obligatoria en la enseñanza es el inglés. La «ley del español» del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en 2005 lo incluyó de manera obligatoria en la enseñanza secundaria.
El motivo era reforzar los lazos culturales y económicos con sus vecinos, integrados en el Mercosur, del que Brasil fue fundador. Sin embargo, en 2016, con el gobierno de Michel Temer, se derogaba la «ley del español» dejando solo al inglés como lengua obligatoria en la enseñanza media. Tras la derogación de la norma en 2016, el español ha perdido más de 1 millón de alumnos.
El pasado verano, tras aprobar el Senado la reintroducción del español de manera obligatoria en la enseñanza media a través de la ley de Novo Ensino Médio, sorpresivamente la disposición del español no pasó el Congreso y quedó sin efecto.