Hay una frase popular, un refrán, que dice así: es mejor quedar callado y parecer tonto que abrir la boca y demostrarlo.
María Guardiola, que había utilizado una estrategia electoral similar a la de Núñez Feijóo en las pasadas elecciones —cuando todos le colocaban como posible ganador—, no pudo aguantarse el pasado viernes y protagonizó un ridículo nacional. Optó por la vía Ayuso, hablando de dictaduras y de supuestos asaltos a la democracia. Resulta curioso que tanto ella como Ayuso, ambas presidentas de comunidades autónomas, acusen de totalitarismo precisamente desde el poder institucional.
Hasta ahora, su estrategia había sido otra, más parecida a la de Feijóo en aquellas elecciones: no asistir a los medios y no presentarse a debates, alegando incluso “lumbalgias”. Guardiola había seguido un camino similar, aunque no de una manera tan descarada como su líder nacional. Parecía, incluso, más lista.
Sin embargo, hace unos días, un robo en una oficina de Correos de Badajoz provocó la desaparición de 124 votos. Y los populares no tardaron en saltar, hablando de pucherazos y de “asaltos a la democracia”, insinuando que dichos actos eran responsabilidad del PSOE.
Pocos días después salió a la luz que el robo había sido presuntamente obra de una conocida banda extremeña, la banda de la Radial. Además, 122 de los 124 votos afectados han podido volver a emitirse y, lógicamente, ningún partido político tenía nada que ver con el suceso.
Para empezar, ¿quién le garantiza a la señora Guardiola que esas 124 papeletas eran votos para ella? ¿Quién puede hablar de dictadura y de asalto a la democracia desde la presidencia de una comunidad autónoma? Conviene recordar que actos de este tipo, en una dictadura real —que no queda tan lejos en la historia de este país—, se habrían saldado con décadas de cárcel y unos cuantos guantazos en los calabozos.
En fin, lo dicho: a veces es mejor quedarse en silencio y no parecer el más listo que abrir la boca y darle la razón al resto. Aun así, cabe esperar que, en esta supuesta “dictadura socialista”, vuelva a haber una líder popular en Extremadura. Y veremos si Juanma Moreno, el atractivo, repite en Andalucía.