La huella del legado español en América: agricultura, derecho y cultura celebradas en un emotivo acto en Sevilla

por Antonio Rendón

En la primera semana  de octubre fue un día especial, celebramos un lazo histórico que une a dos continentes, a dos culturas, a millones de personas: el legado hispánico. Un legado que trasciende fronteras y que nos ha enriquecido a todos.

Cuando hablamos del legado español en América, no podemos obviar la profunda huella que dejó en ámbitos tan diversos como la agricultura, el urbanismo, la religión, la economía, el derecho, la medicina, las infraestructuras y las expresiones culturales.

Esto se debió a Cristóbal Colón, la persona que murió sin saber que había descubierto un continente. Un valiente que gracias a su empeño viajó mucho más allá de los límites conocidos.

 Delante de su monumento, dos instituciones organizaron un homenaje al descubridor: el Ateneo Social y Castrense de Sevilla y la Real Liga Naval Española, con la colaboración de la Hermandad de Veteranos del Regimiento Soria 9.

 Tras los saludos y agradecimiento tomó la palabra la Doctora en Historia de América por la Universidad de Sevilla y Académica de la Historia de Guatemala, María Milagros Ciudad Suárez, quien destacó la importancia de la gesta del personaje homenajeado y las consecuencias globales.

 A continuación tomó la palabra D. Cristóbal Colón de Carvajal y Gorosábel, Duque de Veragua y descendiente del almirante, quien hizo un relato de las intenciones de su antepasado y las consecuencias para Sevilla, España y el mundo de su descubrimiento.

 Los españoles trajeron consigo conocimientos y técnicas que revolucionaron la agricultura americana. La introducción de nuevos cultivos, como el trigo, el arroz y la caña de azúcar, transformó los sistemas productivos y enriqueció la dieta de millones de personas. Asimismo, se desarrollaron sofisticados sistemas de riego que permitieron cultivar tierras antes improductivas.

En el ámbito del urbanismo, las ciudades coloniales son un testimonio del legado hispánico. Con sus plazas centrales, sus catedrales y sus casas señoriales, estas urbes sentaron las bases de muchas de las ciudades más importantes de América Latina.

 La religión católica, introducida por los españoles, se convirtió en un pilar fundamental de la sociedad americana, moldeando costumbres, valores y tradiciones que perviven hasta nuestros días.

 En el ámbito económico, los españoles impulsaron el comercio y la industria, creando las bases para el desarrollo de las economías latinoamericanas. La minería, en particular, jugó un papel fundamental en la economía colonial.

El derecho español, basado en el derecho romano, sentó las bases de los sistemas jurídicos de muchos países latinoamericanos. La creación de universidades, como la Real y Pontificia Universidad de México, la más antigua de América, permitió la formación de profesionales y el desarrollo de la cultura.

En cuanto a las infraestructuras, los españoles construyeron un vasto entramado de caminos, puentes y acueductos que conectan las diferentes regiones del continente. Estas obras hidráulicas, como los acueductos de México o los de Perú, son un testimonio de la ingeniería española.

 El legado cultural español en América es inmenso. Nuestras costumbres, fiestas, trajes típicos, música e instrumentos musicales tienen raíces comunes. Las fiestas patronales, las corridas de toros, la música folclórica y la danza son solo algunos ejemplos de este rico patrimonio compartido.

 Hoy, más que nunca, debemos celebrar los lazos que nos unen y trabajar juntos para construir un futuro mejor. La colaboración entre España y América es fundamental para enfrentar los desafíos globales y aprovechar las oportunidades que ofrece la globalización.

 El legado español en América es un legado de progreso, de cultura y de identidad. Es un legado que nos une y que nos enriquece a todos. Celebremos este legado con orgullo y trabajemos juntos para construir un futuro aún más próspero y solidario.

 Una vez finalizado el acto homenaje, se celebró en las instalaciones del Club Náutico Sevilla una comida en la que el segundo Comandante Naval por ausencia del primero, entregó en nombre de las instituciones organizadoras un reconocimiento al Duque de Veragua.

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