Dos formas de hacer política en un futuro: ser inútil o liderar un cambio. Por José Luis Calo

por José Luis Calo

Hay estudios que demuestran que España es una sociedad más que polarizada, la que nos lleva a un zasca cada vez que nos encontramos ante una situación compleja. ¿Cómo podemos cambiar la mediocridad política del presente? DANA, todos los técnicos sabían que estaba ahí, uno de los ejemplos fue la Unidad Militar de Emergencias (UME ), comandada por el Teniente General Javier Márquez “puedo tener 1.000 soldados en la puerta, pero no puedo entrar hasta que el director de la emergencia me autorice”, ¿las instituciones garantizan la estabilidad? ¿Los ciudadanos prefieren un Estado con comunidades autónomas o un Estado con un único Gobierno central?

. Este debate se está profundizando por el impacto mediático causado por DANA. Lo que sí tenemos muy claro es la necesidad de una gestión técnica y no la política. En palabras de Winston Churchill «El político debe ser capaz de predecir lo que va a ocurrir mañana, el mes próximo y el año que viene, y explicar después por qué no ha ocurrido». Está claro que en este caso quien decide es la Comunidad Autónoma.

Mazón es el ejemplo de una política cada vez más estéril y con continuos enfrentamientos centrados en una bipolarización encabezada por Pedro Sánchez y Núñez Feijóo, los cuales podrían pensar en enterrar tabús ideológicos y superar barreras mentales para llegar a una política útil. Los ciudadanos necesitan que sus gobernantes no se quejen y se culpen entre sí. La política debe tener un objetivo positivo, está para resolver y no crear conflictos. Crear un compromiso público para responder a los retos de la sociedad.

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