Esconderlo como si no existiese, como si fuese un apestado, o evitar su presencia en las fotos oficiales de los merecidos homenajes a los fundamentales intérpretes de la historia del club es un error y una injusticia enorme.
Los graves errores de gestión y administración que cometió el ex presidente están pagados hasta donde la ley le exigió en el momento que se juzgó y los asuntos juzgados ya no se vuelven a juzgar, en España. Perdió la presidencia por ello. A partir de ahí… borrón y cuenta nueva.
Datos son datos y es justo recordar y reconocer que el constructor y artífice que hizo posible que una ciudad de provincias viviese los mejores años de su historia tanto en fútbol como en hockey fue gracias a un protagonista fundamental: Lendoiro. Negarlo es reencarnar a “Pedro”.
Es muy bueno y un acierto acordarse de homenajear a los relevantes futbolistas que han forjado la gesta de los títulos y los sueños de una ciudad, como lo es saber hacer memoria de TODOS, sus protagonistas, empezando por quien edificó los triunfos y éxitos, más allá de simpatías.
Hasta los más acérrimos detractores, rivales, opositores y críticos (yo mismo he censurado el final de su ruinosa gestión) conocen la realidad completa. Desde cualquier estamento relevante se puede y debe iniciar el proceso de reconocerlo y unir a todas las resistencias.