Las sociedades especializadas en el cannabis afloran a nivel mundial y se alzan también como respuesta a un mundo en el que buscamos el sentimiento de pertenencia y un espacio personal y a la medida para el disfrute en un entorno cada vez más rápido e impersonal
La sociedad del siglo XXI, y especialmente la considerada 2.0, no solamente se caracterizan por una velocidad que a veces supera nuestra capacidad de asimilación, sino también en buena medida la búsqueda de la satisfacción y los pequeños placeres que tienen objeto precisamente encontrar nuestro lugar junto a aquellos que comparten más o menos las mismas ambiciones, gustos o tendencias. Puede entenderse en ese sentido el asociacionismo como la capacidad organizativa no solamente de mayorías, sino también de minorías o grupos que luchan por reivindicarse frente a la desinformación de sociedades que todavía beben de tabús o prejuicios pasados. Cumplen a la perfección la lucha contra la velocidad excesiva, la capacidad de decirle «dame un segundo a ese mundo frenético», así como la capacidad educativa y formadora socialmente las diferentes asociaciones de cannabis que proliferan a nivel mundial, y también en el territorio patrio con un auge imparable.
Weed Barcelona nos transporte a una de esas notables asociaciones de cannabis que se esfuerza por, según reza en su credo fundacional, ofrecer un ambiente seguro, educativo y amigable para aquellos interesados en la exploración y el disfrute del cannabis. Se trata no solamente de ofrecer a los asociados y potenciales clientes variedades de alta calidad, sino también a promover una cultura del cannabis informada y respetuosa, en una clara vocación social para seguir derribando los cada vez más residuales tabúes de la desinformación existentes.
Destaca entre las asociaciones cannabis también el concepto de experiencia, en muchos casos única y acogedora, en el que aflora el sentimiento de comunidad y la unión respecto a una idea y un concepto común, y siempre haciendo visible ese sentimiento hacia el resto de la sociedad. Es en buena medida un club privado del que mucha gente quisiera formar parte, y una actualización inclusiva de lo que en su día fue el concepto de los smokers club.
Cannabis club es mucho más que solamente una sociedad de amigos: el entorno, el momento y la experiencia en sí forman parte de esa vocación de hacernos sentir a gusto entre semejantes, y también hacerlo desde una forma selecta y encontrando la mejor y más profesionalizada oferta del mercada. Un club del que a todos nos gustaría formar parte y en el que el hecho de que todo esté reglado forma parte de su reclamo.