No solamente una cuestión estética, sino también de salud, el cuidado de las manos es clave en la sociedad del trabajo
Nos hemos vuelto con los años, y a medida que nos hemos dado cuentas de la importancia de hacerlo, cada vez más celosos de nuestro aspecto, nuestra salud interior también nuestro aspecto exterior. No solamente se trata de una cuestión de puertas para fuera, es una cuestión de invertir en futuro y en estar contentos con nosotros mismos. Y es que no hay mayor verdad que en el camino para la felicidad la primera parada es el estar feliz con uno mismo y con lo que transmitimos a los demás. Nos hemos vuelto una sociedad cada vez más rápida, veloz, cambiante, dinámica… pero también trabajadora. Y, si la verdad es que ese trabajo es una puerta a poder disfrutar de ciertos lujos, no menos cierto es que erosiona en ocasiones nuestro aspecto y nos envía a una especie de taller de reparación a través de especialistas.
Mantener unas manos impecables y con un aspecto saludable es, por lo tanto, una cuestión tanto de salud como de estética. Muchas personas, tanto hombres como mujeres, se ponen en las manos de profesionales para recibir un servicio completo de manicura y paliar esos efectos del maltrato y el desgaste. De hecho, esa evolución de los tiempos antes referida también tiene que ver con cómo hemos derribado clichés que alejaban a los hombres de ese mantenimiento y esa protección mediante tratamiento, todo un error que no jugaba sino en contra de nuestra propia estética. Para los centros que se encargan de realizar ese trabajo se convierte en determinante la decisión sobre las mejores mesas de manicura o las que mejor se adapten a los servicios ofrecidos y a las necesidades.
En una mesa de manicura no deben faltar el colector de polvo de uñas, la silla ergonómica, una lámpara de mesa y lámparas ultravioleta. Desde ese mismo momento es cuando empezamos a tomar decisiones respecto hacia cuánto nos queremos gastar y la fiabilidad del kit. Pero la mesa de manicura es el epicentro de nuestro taller de trabajo, y por lo tanto existen varias cosas sobre las que reflexionar: son básicas para poder entender esta inversión y rentabilizarla antes o después.
El plástico se configura como una opción muy versátil, la madera se relaciona más con una cuestión de diseño, la cerámica es más fácil de limpiar y el cristal es higiénico y fácilmente lavable. Pero sobre todo se trata de salud y un servicio esencial para la misma en la sociedad.