Con el cambio de estación las temperaturas oscilan y no siempre lo hacen a gusto de todos.
Afortunadamente, la mayoría de personas cuentan en sus hogares con instalaciones de calefacción y de aire acondicionado barato en Madrid que les permiten caldear o refrescar el ambiente tanto como necesiten.
No obstante, y en muchos casos sin ser plenamente conscientes de ello o sin tener modo de cambiarlo, cada día millones de personas ponen en riesgo su salud al verse expuestos a temperaturas más altas o bajas de lo recomendado en sus hogares, así como en sus lugares de trabajo o cualquier otro lugar de ocio, causando a la par un enorme consumo energético.
Pero ¿cuál es la temperatura a la que se debe mantener un espacio cerrado? ¿qué es lo que recomiendan los profesionales de las instalaciones de calefacción y de aire acondicionado barato en Madrid?
De acuerdo con lo establecido por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), la temperatura a la que se debería mantener un espacio cerrado durante el día oscila entre los 19 y los 21 grados centígrados, mientras que por la noche debería descender hasta situarse entre los 15 y los 17 grados.
Es preciso comentar que cada persona tiene su propia temperatura de confort, sin embargo, las anteriores son las temperaturas que ofrecen un mayor margen de eficiencia energética a la par que resultan inofensivas para la salud. Por encima de los 23 grados el aire comienza a resecarse y las personas comienzan a sentirse incómodas, además es importante saber que cada grado de más o de menos supondrá entre un 7 y un 8% más de consumo, por lo que la factura será mucho más elevada.
Entre las claves para conseguir conservar la temperatura ideal en cualquier espacio cerrado se encuentran el buen aislamiento térmico, pues solo de esta manera se logrará mantener la temperatura sin que existan fugas. Igual de importante es que las instalaciones cuenten con programadores que permitan ajustar la temperatura en función de la franja horaria, algo que en algunos casos puede suponer tener que hacer una pequeña inversión que quedará amortizada gracias al ahorro energético que se logrará con dicha instalación.
Mantenerse a la temperatura ideal es bueno para la salud, pero también para el bolsillo y para el medio ambiente.