El mes de agosto vuelve a dejar en España una nueva subida en el precio de la tarifa eléctrica, que alcanza cifras de récord en plena ola de calor que sacude el sur de Europa
Este 2021, en donde el coronavirus sigue copando prácticamente todas las portadas informativas, está siendo también el año que todos los españoles recordarán por el encarecimiento en el precio de la luz. Y es que desde el mes de enero el coste medio de la electricidad en España no dejado de frenar en su subida, a excepción de los meses primaverales. La llegada del verano, y más en concreto el mes de agosto, ha coincidido con nuevo récord en la factura de la luz que alcanzó el 12 de agosto su máximo histórico, 115,83 € el megavatio hora.
De momento la previsión de la OMIE es que este aumento de la tarifa eléctrica continúe su escalada. Precisamente factores como las altas y las bajas temperaturas son unos de los principales motivos de por que sube la luz de esta manera tan drástica, alcanzando unas cifras nunca antes registradas en España.
Factores que coinciden además con una ola de calor que está dejando temperaturas tórridas superiores a 45 grados en muchas zonas de la Península, por lo que el uso de los aires acondicionados en los hogares españoles supondrá, a buen seguro, un incremento más que notable en la factura de la luz a fin de mes.
El principal motivo de la subida en la tarifa eléctrica
Entre los muchos motivos por los que el precio de la luz sigue su curso de un constante aumento, están la cotización internacional del gas natural, el CO2 y el mercado de emisiones que duplicaron su precio en los últimos meses. En épocas del año en las que las temperaturas tanto diurnas como nocturnas son suaves, el uso y la demanda de sistemas como las calefacciones o los aires acondicionados son claramente menores.
Sin embargo, en los días más fríos de invierno o los más calurosos del verano estos sistemas registran una alta demanda de energía eléctrica en todo el país, provocando que las centrales eléctricas que operan con gas natural entren en la escena para poder abastecer tal demanda, con la consiguiente subida en el precio final del megavatio/hora. Las estimaciones en el desglose de estas cuantías desorbitadas, según las últimas informaciones facilitadas por el Banco de España, son un 50% debido a la subida de precio del gas natural, un 20% al coste de las emisiones de CO2 y el restante sería básicamente impuestos.
Unas previsiones pesimistas
De cara a las próximas fechas la previsión nos es ni mucho menos alentadora, ya que desde el Mercado Ibérico del Gas (MIBGAS) establecen que en los meses tanto de septiembre como de octubre el precio de gas seguirá incrementándose, e incluso de cara al invierno las previsiones tampoco parece que vayan a ser positivas si no todo lo contrario. Datos que al final repercutirán en el consumidor con nuevos incrementos en la factura de la luz.
Todo hace indicar que en los próximos meses será el Gobierno de España con Pedro Sánchez a la cabeza quien tenga que mover ficha, ya que la única manera de paliar esta constante subida de la luz sería con medidas como cambiar ciertas reglas en la subasta del mercado mayorista o facilitar nuevos bonos sociales para las familias. Avances que parecen posibles en las próximas fechas, toda vez que el Gobierno ya dio el primer paso al descender el IVA permanente del 21% a 10% aunque, de momento, no parece suficiente.