Recurrir a una ayuda puntual por parte de una entidad financiera es una necesidad en un gran número de casos que requieren de un suplemento como préstamos personales para que la nómina sea algo más que un ejercicio de supervivencia: por ahí pasa también buena parte de la reactivación de la rueda del mercado.
El año de la recuperación económica. El titular más ansiado, esperado, y seguramente comúnmente requerido no siempre se ajusta a la realidad de las necesidades de cada uno de los ciudadanos que se cuela por los recovecos de las cifras macroeconómicas. Sin embargo, para que éstas sean realmente positivas y ciertas, es absolutamente necesario que los que más sufren entren en la rueda de activación de la economía.
Por desgracia, junto a esos brotes verdes económicos también llegan mazazos en forma de tarifas de la luz, del precio de la bolsa de la compra… o simplemente muros cada vez más grandes para que las nóminas se conviertan en algo más que un elemento de supervivencia (y por ende puedan activar el consumo). Acudir a préstamos personales se convierte en un soplo de aire fresco para el ciudadano medio, con urgencias en fechas como las actuales o para poder darse un gusto eventual que justifique un año de sufrimientos. Así, una pequeña ayuda para llegar al seguro de la casa, del hogar, del coche o visitar a un familiar que ha tenido que irse al extranjero escapan de las opciones en la banca más tradicional, con exigencias casi utópicas e inviables para el grueso de sus propios clientes.
Como cada caso es un mundo, y existen un mundo de casos, se pueden diferenciar un gran número de tipo de préstamos personales:
– Préstamos con ASNEF o aquellos de hasta 600 euros pensados para quienes se encuentren en la famosa lista de morosos, y requieran un poco más de aire en una situación en la que la mayoría de las ecuaciones les dan la espalda.
– Mincréditos, con una financiación de hasta 900 euros.
– Préstamos bancarios, de hasta 50.000 euros, gestionados por entidades de crédito tradicionales.
– Préstamos no bancarios, de hast 15.000 euros, regulados por la banca alternativa online, de fuerte presencia entre los segmentos de edad más jóvenes.
Resulta una pregunta recurrida y recurrente entre los solicitantes de créditos preguntarse qué es la CIRBE. Se trata de la Central de Información de Riesgos del Banco de España. Es decir, la evaluación de peligro de quedarse sin el dinero prestado para la entidad bancaria. Mide el riesgo deudor que presenta una persona que ha solicitado un préstamo, así como los créditos y préstamos contraídos con bancos por valor superior a los 6.000 euros. Este tipo de riesgos de evalúan de forma directa (personal, que adquiere el sujeto que solicita la información y cuyo importe supere los 6.000 euros) e indirecta (el riesgo adquirido sobre otros, a partir de 30.000 euros).
Aparecer en un registro de morosos no es sinónimo de nada ni un factor que se tenga en cuenta de forma peyorativa, y cualquier persona solicitante de un crédito tiene derecho a la CIRBE. Y es que reactivar la economía es cosa de absolutamente todos.