Las lámparas nórdicas se han convertido en un éxito mundial, que en su definición encierra algunas de las causas de su éxito: la apuesta por el producto natural y el respeto por el medio ambiente, la elegancia o y una sensación de serenidad que habitualmente se relacionan con los países del norte de Europa, donde por otra parte es básica la exigencia de una luz que refuerce la carestía de la natural
Después de dos años de oscuridad en lo que al estado de ánimo, el entorno y las oportunidades socioeconómicas se refiere, parece que empezamos a ver, a nivel global, la luz al final del túnel. Seguramente, en lo que significaría un acto de punto y aparte y de optimismo como una suerte de nuevo comienzo, es hora de darle a nuestro hogar, a nuestro rincón de trabajo o a nuestro pequeño espacio privado esa misma luz que alumbra el motor de la recuperación, especialmente en tiempos de teletrabajo, en los que lo que transmite nuestro background es casi tan importante como nuestro lenguaje corporal.
Es un hecho sobradamente probado que la luz es capaz de transmitir sensaciones que, en muchos casos, conectan más con el subconsciente que con nuestra propia capacidad para discernir o percibir esos estímulos. De otra forma, no se entendería el meticuloso trabajo de iluminación de los directores de fotografía y de los directores de grandes producciones. No solamente se trata de poner el foco en la cámara, sino en lo que todo lo demás transmite.
SI hay que hablar, en términos de lenguaje 2.0, podría decirse que la tendencia mundial, o el trending topic, en el mundo de la iluminación y sus matices lo marcan las lámparas nórdicas, un concepto y un producto que han llegado definitivamente para quedarse. Quien todavía no se haya familiarizado con ellas, solamente con pensar en el concepto nórdico puede empezar a dibujar en su cabeza algunas de las características de las mismas: la vida pausada, la calidad de la misma y, especialmente, un respeto total por el medio ambiente. Y es que las lámparas nórdicas emplean materiales naturales en su fabricación y ayudan a crear ambientes luminosos, capaces de transmitir serenidad y calma. El hecho de no disfrutar de luz natural los 365 días del año hace precisamente de la luz natural algo muy preciado en países como Noruega o Suecia, todo un referente en el diseño.
Una lámpara nórdica de mesa será una excelente opción si necesitas decorar las mesitas de tus estancias con un toque de iluminación. Además, estos modelos en concreto, expresarán un estilo fabuloso al contar con una estética nórdica. Pero si uno cuenta con más espacio en su mesita, no debe temer al tamaño. Existen modelos elegantes y actuales, de aires nórdicos (por ejemplo, con trípodes), con pantallas en metal y algodón, que aportan un plus de calidez y estilo.
Las lámparas de pie nórdicas son una opción ideal para la decoración de las estancias a través de distintos elementos decorativos de iluminación. Esto se debe a su estructura y a sus diversos, originales e innovadores modelos más actuales. Estas luminarias son excepcionales. Se trata de uno de los productos estrella y que ha conquistado buena parte del mercado, ya que aúna la elegancia con esa necesidad de iluminación tan potente como sutil.