Los jóvenes españoles desamparados frente a la burbuja inmobiliaria

por 21noticias.com

La situación económica postpandemia está teniendo repercusiones en todos los estratos de la sociedad española. Aumentos siderales en el precio de los productos básicos y las facturas de la luz y el gas ponen cada vez más difícil mejorar la situación financiera de los hogares.

Entre los distintos actores, los que sufren más los golpes de esta evolución del contexto económico son los jóvenes, ya que se trata del sector con mayor incidencia de paro y el menor nivel de ingresos. En particular, lograr el sueño de independizarse y mudarse fuera de casa es hoy en día mucho más difícil que antes.

Alquileres por las nubes

La principal barrera para el acceso a la primera vivienda es el precio exorbitante de los alquileres en España. Desde la crisis de las hipotecas en el año 2008, el valor de las propiedades se ha incrementado hasta alcanzar números récord este año. Esto afecta no sólo al precio de venta de una casa, sino también el de la renta para los inquilinos potenciales.

Sin embargo, las dificultades no terminan allí. Una vez que un joven ha conseguido ingresos suficientes que le permitan costear un alquiler, los gastos de alimentos y de comida, todavía debe resolver el pago de fianzas, garantías y comisiones al momento de firmar un contrato. Estos requisitos pueden llegar a sumar un importe de varias veces la renta mensual para el inmueble, por lo que cubrir esa cantidad de dinero está fuera del alcance de un veinteañero promedio.

La alternativa habitual para superar este escollo es obtener la ayuda de padres y familiares. Algunos cientos de euros pueden ser el empujón necesario para que el sueño de mudarse a una casa propia se haga realidad y marque el inicio de una nueva etapa. Pero, lamentablemente, no todas las familias están en condiciones de contribuir al objetivo de sus hijos y las ayudas estatales no son suficientes, especialmente con una crisis económica que ha golpeado fuertemente el poder adquisitivo de los hogares españoles.

Por casos como estos, los créditos rápidos se están convirtiendo en una alternativa popular entre los jóvenes. Mediante unos pocos pasos es posible solicitar hasta varios miles de euros y devolverlos en varios años, pagando así una cuota mensual más fácil de manejar. Pese a que la tasa de interés de estos préstamos es muy alta y lo ideal sería evitar endeudarse, son la única solución para muchos españoles que no cuentan con fondos propios para costear todos los gastos de un nuevo contrato de alquiler.

¿Se puede pagar la fianza con un préstamo rápido?

La ventaja de los préstamos rápidos es que los fondos se pueden destinar a todo tipo de fines y, como se reciben en pocos minutos después de realizar la solicitud, tienen la conveniencia adicional de que se adaptan muy bien a las emergencias y necesidades extraordinarias. Esto los hace ideales para el pago de un depósito para el alquiler de un piso, por ejemplo.

El proceso para pedirlos es muy sencillo. En primer lugar, se debe elegir la oferta más conveniente para el usuario. Para ello, usar un comparador de créditos rápidos online permite visualizar rápidamente cuáles son las entidades que ofrecen los préstamos a la menor tasa y sin gastos adicionales como comisiones o costes de gestión. Esto le ahorra al interesado el tener que revisar una por una las opciones que están disponibles en el mercado.

Luego, en la web del oferente se puede simular el crédito para saber de forma directa cuánto se pagará al mes durante el período elegido por la cantidad de dinero que se quiere solicitar. Tener claro este detalle es fundamental, ya que el coste financiero altísimo de estos instrumentos podría generar un problema grave en las finanzas personales de jóvenes de bajos ingresos.

Por último, sólo queda completar un formulario con los datos personales del solicitante, su documento de identidad, información bancaria y comprobantes de ingresos. Una vez adjudicado el préstamo, el cliente recibe el dinero en cuestión de minutos y podrá transferirlo entonces al propietario de la casa en alquiler.

Ante la falta de recursos propios y políticas específicas, la financiación externa se ha convertido en una opción para los jóvenes en España.

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