Los nuevos modos y modelos de relaciones sociales convierten a las páginas de internet, aplicaciones y portales como el nuevo punto de encuentro, especialmente desde una pandemia que modificó y cambió para siempre nuestras necesidades y la forma en la que interactuamos con otros seres humanos; el respeto o el hecho de ser discretos son algunas de las condiciones sine qua non, aunque también es clave el rigor y el prestigio de la página en sí
La nueva realidad nacida del encierro y la pandemia ha determinado un nuevo orden y una nueva forma en las relaciones sociales y en la forma en la que interactuamos con los demás. La falta de abrazos, interacciones y todo tipo de conversaciones, momentos y disfrutes ha provocado que tomen la alternativa en nuestras preferencias o en la iniciación de nuestros actos sociales los dispositivos electrónicos, las redes o las páginas decontactos donde conocer y relacionarnos con otras personas.
Y es que todo aquello que podemos imaginar pero que nunca nos atrevimos a pedir o a preguntar se abre en un enorme e incalculable espacio de posibilidades, donde el único límite lo ponemos nosotros. También, al igual que una oferta de trabajo a medida, se trata de encontrar exactamente lo que creemos que encaja con el perfil que buscamos. Una especie de búsqueda a la carta desde el rigor y la profesionalidad más absoluta en el tratamiento de los datos y la información. Y es que tan importante como aquello que deseamos conocer, encontrar, busca u ofrecer resulta la correcta elección del portal en el que compartir y elegir las preferencias propias. Y en eso la experiencia o el rigor es todo un grado que a la postre agradecemos.
Buena parte de las interacciones sociales que hemos llevado al ámbito de internet como salvoconducto para sentirnos más cómodos tienen que ver también con la libertad de expresión de nuestras voluntades. Contactos de amistad, de relaciones esporádicas o simplemente encontrar todo aquello que en nuestro día a día anhelamos o echamos en falta son algunas de las causas que llevan a la proliferación y el auge de los portales de contactos como estandarte en la sociedad moderna.
Resulta también clave el factor de la privacidad o el hecho de ser discretos para mantener unos códigos morales bajo los cuales el desarrollo del concepto de la página o la aplicación se mantengan fieles al espíritu fundacional de la misma. Entre los requisitos fundamentales está el ser mayor de edad. A partir de ahí, todo tipo de formas de contacto entre seres humano dejan la imaginación como única limitación.