La buena alimentación, el ejercicio físico y un correcto descanso por la noche son tres de las principales claves para llevar un estilo de vida mucho más sano. A diferencia de lo que pueda pensarse, para mantener una vida equilibrada solo es necesario hacer pequeños cambios en la rutina diaria. A priori, no supondrán demasiado esfuerzo, pero el impacto a largo plazo será notable.
Hay estudios que demuestran que tener determinados hábitos permite alargar la vida de una persona, aunque por supuesto la genética también influye. Además, son cambios mínimos en el estilo de vida para los que será muy útil aplicar la regla de los 21 días. Los expertos sostienen que repetir la misma actividad durante tres semanas se convierte en un aprendizaje para el cerebro, por lo que la tarea se automatizará y pasará a ser un hábito.
Practicar ejercicio físico
El ejercicio es uno de los pilares básicos de cualquier estilo de vida sano. Sin embargo, la actividad se debe adecuar a la condición física de cada persona y a sus necesidades. Salir a correr o simplemente andar a un paso ligero tiene múltiples beneficios para el organismo y lo mantiene activo.
En tu ciudad probablemente encontrarás parques al aire libre o instalaciones deportivas para practicar tu deporte favorito. Los gimnasios de Madrid siempre son una muy buena opción, pues además suelen estar divididos en distintas zonas de entrenamiento en función del grupo muscular que quieras ejercitar.
Llevar una alimentación equilibrada
Una correcta alimentación es otro de los principales requisitos para gozar de una buena salud. Este aspecto no se traduce en seguir una dieta estricta, sino equilibrada. Es necesario consumir varias piezas de fruta y verdura al día, pescado y legumbres. Al mismo tiempo, se necesitan evitar las grasas saturadas, los alimentos procesados, la bollería industrial o las bebidas alcohólicas y con altas cantidades de azúcar.
No obstante, esto no implica ser tajante. En determinadas ocasiones, es posible consumir cualquiera de estos alimentos, aunque se recomienda hacerlo en pequeñas cantidades y de una forma moderada.
Dormir lo suficiente, básico para estar sano
Dormir entre siete y ocho horas diarias es necesario para disfrutar de una buena salud. Además de tener la energía suficiente para afrontar el día y cumplir con todas las obligaciones, la falta de sueño repercute sobre la alimentación, reduce las ganas de practicar ejercicio físico e incluso empeora el estado de la piel.
Tener una actitud positiva
Aunque pueda parecer una utopía, la actitud influye enormemente en el estilo de vida de una persona. Mirar a la vida con actitud y afrontar las cosas que nos ocurren desde un punto de vista positivo reducirá significativamente el estrés y las preocupaciones. El pesimismo, la ansiedad y el agobio del día a día solo contribuyen a debilitar el sistema inmunológico, lo que es sinónimo de contraer enfermedades.
Además, tener una buena relación con las personas de tu entorno tiene justo el efecto contrario a lo anterior, pues estimula el sistema inmunológico. En definitiva, estar en paz uno mismo y con el entorno es otra de las claves para gozar de un mayor bienestar psíquico, físico y social.
Introduce una serie de hábitos sanos
Hay algunas pequeñas rutinas que puedes implementar para mejorar tu estilo de vida. Por ejemplo, una correcta organización en el trabajo o en las obligaciones diarias reducirá el estrés. Desconectar de vez en cuando de la tecnología también puede ayudar o simplemente mantener alejado los dispositivos electrónicos de la cama antes de dormir para conciliar mejor el sueño.
La comunicación con tus seres queridos, el autocuidado o el pasar tiempo con uno mismo son pequeños hábitos que pueden mejorar considerablemente la calidad de vida y, por ende, ayudarte a vivir más sano. Desde Basic-Fit esperamos que este artículo te haya sido de utilidad.