Alderdi Eguna, y las cuatro ies (4)

por Iñaki Anasagasti

Sigo con mis reflexiones, nacidas de una cierta experiencia dentro del PNV y en el mundo político, con el fin de mejorar un motor gripado. Sé de antemano que servirán para muy poco y los responsables harán lo que decía Irujo que se hacía con los papeles viejos:”van a Cestona de los papeles”. Pero no me importa. Tocar la puerta no es entrar, pero hay que tocarla. Y creo haber aportado  comentarios de interés sobre la asamblea nacional ,también sobre unas organizaciones municipales que creo deben volver a ser agentes dinamizadores y soberanos en su ámbito, unos batzokis con vida y salsa, una EGI y Helduak con mucha marcha, un instituto de formación puntero ante el nuevo mundo que ya ha tocado la puerta, un despierto y tan necesario grupo de parlamentarios silentes que nadie conoce ni sabe lo que hacen  y sin tener claro que hace falta más contundencia y visibilidad para defender lo que se hace. El ciudadano quiere liderazgos a los que les importa la política, la causa democrática, una Euzkadi soberana y sobre todo que entiendan la urgencia de este país para seguir o comenzar con cambios estructurales. El vasco quiere democracia. De la de verdad.

Los períodos de gracia son como un limbo con matices que irán in crescendo a partir de setiembre. Después de treinta días de relajación muscular, la política del estado español saldrá como una moto y comenzará a dar por finalizada la clase de yoga y el calenturiento agosto. Madrid regresará tonificada a su vocación antigua, feroz y cainita. La brega espesa. El fulgor de un Feijóo que se había hecho el traje de presidente y el killer Sánchez dispuesto a todo junto al fulgor de un arma plateada para mayor delirio de Valle Inclán:”Un chulo el aire alborota/un guardia le mira y se naja/en los registros de la jota/está desnuda la navaja”.

Tras esto abordo los temas del título:

Alderdi Eguna

Ante eso y ante las elecciones autonómicas del año que viene este próximo Alderdi Eguna va a ser escrutado con lupa por ver si pinchamos como el año pasado o si tiene el invento, fecha de caducidad o mejor aún, si es el impulso preciso para pasar página e iniciar una recuperación. Creo y deseo esto último, pero para eso hay que prepararlo muy bien y ofrecer con imaginación al afiliado y simpatizante un buen día sin dejar que su secreto, familia, amigos y política, dejen de ser atendidos. Esto va de ilusión, no de regañinas, ni de rutina.

Solo sugeriría que la ikurriña la icen un veterano y un joven. Un veterano que ese día para él y su familia será increíble ante el reconocimiento y un joven para estimularlo a él y a los que le siguen en deporte, en estudios, en altruismo, en dedicación. Eso se hacía antes y no sé por qué lo cambiaron a lo que se hace ahora, que es que sea todo el EBB, como los soldados de Iwo Jima, los izadores de la ikurriña. Bastantes aplausos reciben en el paseillo para que un gesto hacia un veterano/a y un joven no se tenga en cuenta. Y no dudo que será un gran día. El Alderdi Eguna no puede ser efímero y ponerle el 24 de septiembre fecha de caducidad.

Las cuatro ies. Ideología, Inteligencia, Iniciativa, e inicioativa política

Habrán escuchado ustedes últimamente, quizás con más frecuencia la palabra Restyling contraponiéndola a Renovación. Ya se sabe que una palabra en inglés hace las cosas como si fueran más importante pero el Restyling no es más que una remodelación, es decir, una actualización de la marca, lo que se ve. Bajo esto hay un mundo que no se ve y es la clave. Es la parte baja del iceberg. De qué sirve remodelar si solo se hace con la fachada. Si lo que se plantea es un recambio cosmético, con perfiles buenistas, que solo aportan juventud estética o un reequilibrio de género, la deriva será paulatinamente a peor. ¿Les suena?

No nos engañemos. El problema no es de edad, ni de género, es de ideología, inteligencia e iniciativa (3 íes).

Es cuestión de tener personas a las que se ha sabido transmitir, por parte de nuestros mayores más representativos, unas bases ideológico-políticas que les permite ante cualquier encrucijada (aprobar o no una ley, adoptar una política fiscal u otra, etc.) adoptar una decisión acorde con nuestros principios y con los objetivos fundacionales. Y para eso no valen los perfiles buenistas, bienquedistas, desideologizados o que solo operan bajo los marcos del miedo jerárquico y del estómago agradecido. De alguien que representa y es capaz de producir un discurso basado en una teoría política propia que conecte con nuestra base (que es por cierto el mainstrem (lo convencional) político mayoritario), sin estar sujeto a los límites del buenismo ni a la dictadura del término progresista que impone la izquierda.

El Restyling puede ser un autoderrocamiento porque solo aumentaría la grieta abierta con nuestro entorno socio-electoral.

De momento se trabaja en la fachada. Sin embargo, una renovación de gente que se haya formado desde sus inicios en el partido, conectada con la realidad del mundo laboral, con un prestigio personal en la docencia, que se ha interesado por la formación ideológica e histórica, que ha bebido de las fuentes teóricas y personales y que, sobre todo, tienen la cuarta i: iniciativa política, es lo que debería ser, no lo que se está haciendo.

La gente que tiene ideología, normalmente transmite ilusión. Y de la ilusión surgen las ideas que consiguen transformar y avanzar. La iniciativa de llevar a cabo, mediante la valentía política y la frescura, un proyecto político central. Central es vertebrador de la sociedad. Hay que abordar con valentía asuntos que están en la calle, en los ciudadanos que nos votan: fiscalidad, seguridad en nuestras capitales, y desincentivación laboral, salud mental, desindustrialización, competitividad (económico-fiscal)… y hay que abordarlos desde nuestro prisma, desde el PNV, no desde el complejo y la ignorancia. Y no pongo nombres.

Si nos ponemos las gafas rojas o azules, terminaremos haciendo políticas descafeinadas que nos llevarán a la frustración.

Si el PNV está en contra de la ley del sí es sí, ¿por qué vota a favor de la ley del solo sí es sí?. ¿No somos capaces de romper los marcos dialécticos impuestos por la izquierda y conectar con el discurso de la gente?

Si sabemos que un uso adecuado del concierto económico es un catalizador económico, ¿por qué seguimos políticas de “a mayor presión fiscal, más recaudación”?

Esto es el autoderrocamiento: practicar las políticas de tu adversario para que, legitimándolas, la gente pueda llegar a creer que no son tan malas (porque se “fían de tí”) hasta que la gente termina:

1.- retirándote su confianza por no reconocerte políticamente o

2.- votando al original que predica esas políticas.

Nosotros no podemos llevar a cabo políticas o proyectos políticos de otras ideologías por el miedo a que quienes nos quieren derrocar no nos otorguen la etiqueta de progresistas.

Nosotros hemos traído progreso económico y justicia social antes de que la izquierda acuñara el término progresista como un subterfugio del adjetivo socialista.

Por lo que: renovación y no restyling. Personas con las 4 íes. Riesgo de autoderrocamiento

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