La Comisión Europea presentó recientemente una propuesta de directiva del Parlamento Europeo y del Consejo por el que se modifica otra norma sobre residuos, en la que propone a los Estados miembros reducir el desperdicio de alimentos. Por un lado, en un 10% en la transformación y la fabricación y, por otro, en un 30% en la renta per cápita, conjuntamente en el comercio minorista y el consumo (hogares, restaurantes y servicios de restauración) de aquí a 2030.
El concepto de desperdicio alimentario se ejemplifica fácilmente. Se produce cuando los alimentos son aptos para el consumo humano, pero no se ingieren finalmente debido a que se deja que se estropeen o son descartados por los minoristas o los consumidores.
28 kilos por español
En el caso de España en el ejercicio de 2022 se desperdiciaron 1.200 millones de kilos o litros de alimentos consumibles, según datos oficiales del Ministerio de Agricultura. Se trata de una cifra aún muy alta, pero mejor en un 6% que la del año anterior. Esto se traduce en que cada español tiró a la basura una media de 28 kilos de comida al año.
El desperdicio representa el 16% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero del sistema alimentario de la UE, según la Comisión Europea, por lo que es necesario buscar su reducción a medio y largo plazo.
Para que se acelere y de aquí a 2030, los Estados miembros deben minorar el desperdicio de alimentos en un 10 % en la transformación y la fabricación y en un 30 % (per cápita) conjuntamente en el comercio minorista y el consumo.
La lucha contra el desperdicio de alimentos ofrecerá varios beneficios: ahorro de alimentos para el consumo humano, contribuyendo así a la seguridad alimentaria, ayuda a las empresas y a los consumidores a ahorrar dinero, y reducción del impacto medioambiental de la producción y el consumo de alimentos.
Foto WWW.FAO.org