El Jarrón Almunia y nuestra entrevista con Arafat y Netanyahu

por Iñaki Anasagasti

Traje de Venezuela, porque lo decía el presidente Caldera, la expresión de Jarrones Chinos referida a políticos retirados. ”Gente muy valiosa como los Jarrones Chinos, pero nadie sabe dónde ponerlos”. Y escribí un libro con ese nombre. Al parecer no conviene recordarlo. Por lo menos se admite que esos Jarrones han sido valiosos, aunque para la actual generación anterior, la de los sesentones, que toca la puerta del jarronato, no lo sean. Un Jarrón Chino tiene experiencia y puede aportar datos para no volver a cometer errores, aunque al que manda siempre le molesta que un Jarrón Chino abra la boca. Mienten cuando dicen que les gustaría, se mantuvieran quietos en las estanterías, la verdad es que les preferirían en el cementerio.

Y no es tema menor. Tiene más que ver con el poder y quien lo ejerce como coto cerrado y mente no democrática, que con opiniones discordantes.

El edadismo, la falta de respeto hacia personas con defecto físico como ser bizco, tartamudo, cojo, manco, gangoso, sordo, o terriblemente gordo y viejo no solo no está bien, sino atentan contra lo mínimo que ha de tener una sociedad que es el respeto a la edad. Si quieres saber cómo es esa sociedad analiza como cuida y respeta a sus mayores, porque se es Jarrón Chino, porque se supera el séptimo piso de la década aunque se tenga la azotea lúcida y las ganas de colaborar en clave positiva a flor de piel.

Y otra cuestión más, y no menos importante, si se es afiliado se tienen los mismos derechos a la libertad de expresión y a cuestionarlo todo, dentro de un orden, que uno de 18 años. ¿De dónde viene pues esa voluntad de cercenar la libertad de expresión?. En el fondo de falta de cultura democrática, de falta de empatía, de falta de humanidad. Estoy en total desacuerdo con lo dicho por González y Guerra, pero tienen todo el derecho de decirlas. Un diputado me decía: ”A los jefes de los aparachips les cuesta admitir opiniones distintas a las suyas; se abre un debate estatal sobre la posibilidad de conceder o de lograr una amnistía y los jarrones chinos tienen que estar callados. ¡Venga ya!”.

A esa vieja guardia del PSOE la deben llamar “el PSOE de Caoba”. Estos días han sido noticia Guerra, González, Jauregui y hasta Egiguren. Sesentones y setentones y ochentones. No les gusta eso que llaman amnistía. Y le llaman a Puigdemont prófugo cuando es eurodiputado, ex presidente de la Generalitá y un exiliado. En octubre de 1977 se aprobó la Amnistía. Había un problema político de fondo y se abordó y encauzó. Fue muy injusta aquella amnistía para las víctimas de la dictadura y para dejar sin castigo a los asesinos de la misma, pero se hizo. Esa fue la causa que nos dijeron el mundo de HB para no ir a las elecciones de junio pues decían que la amnistía debía ser cuestión previa. Siempre tan finos. Aquello se aprobó y no quedó nadie en las cárceles. Arzalluz pronunció un discurso que fue considerado el mejor de aquella primera legislatura.

Este viernes ha estado en Radio Euzkadi Joaquín Almunia, entrevistado por Xabier García Ramsdem. El bilbaíno, salvo presidente del gobierno lo ha sido todo. Ministro, portavoz, secretario general, vicepresidente de la Comisión Europea y es seguidor del Athletic. Ahora es un Jarrón Chino, para los que lo saben todo.

Le sufrí como ministro de Trabajo y de Administraciones Públicas y como portavoz en el Congreso de 1994 a 1997 con los presidentes Félix Pons y Federico Trillo. En esos años tuvimos intensa relación.

Lógicamente, Ramsdem le preguntó por las declaraciones de Guerra, Almunia nunca fue guerrista, y se ha remitido al artículo escrito en El País por el ex ministro de la Cuadra Salcedo. No se ha mojado mucho y ha respondido con los tópicos oficiales sin romper con el mundo de Sánchez. Ramsdem me ha dado la palabra para saludarle y he aprovechado para recordarle como fuimos en un viaje oficial invitados por el gobierno de Israel a visitar el Parlamento, Kneset, y varias instituciones. Nada más llegar a Tel Aviv, Almunia pidió que la delegación se entrevistara con Yasser Arafat que se encontraba en tierra palestina, en Gaza. Las autoridades israelíes se molestaron. Nos habían invitado para estar con ellos, no con Arafat. Pero Almunia se puso terco. Al final nos dejaron ir pero dejaban nuestra seguridad y el viaje en manos palestinas. Y allí fuimos y nos entrevistamos con el líder palestino en su destartalada oficina de Gaza. Me pareció un tipo teatrero y cobarde ante decisiones políticas de trascendencia. Se arrugó en Camp David, al judío Rabin lo mataron y su pueblo sigue pagando las consecuencias.

Cuando volvimos a Tel Aviv tuvimos una reunión con el primer ministro Benjamín Netanyahu. No fue fácil. Almunia le pidió negociar con los palestinos y no seguir construyendo asentamientos amén de una serie de reivindicaciones. El primer ministro judío le dijo: ”Cuando ustedes hayan resuelto el problema de ETA, venga aquí y pídamelo”.

No he tenido mucho tiempo para argumentar que no deja de ser curioso que los socialistas de caoba o de madera de pino, los históricos, tan sensibles con los palestinos, no le echen una mano a Sánchez para ser presidente, salvo José Montilla, ex presidente de la Generalitá que le ha dicho a Felipe González que es curioso que hable poco y cuando habla no ayuda en nada.

Guerra con el escándalo del impresentable de su hermano Juan cobrando comisiones en la delegación del Gobierno en Sevilla, por lo que tuvo que dimitir. Felipe González con el Gal, habiendo acaecido este episodio bajo su mandato y esa fotografía de los dos  acompañando a Vera y Barrionuevo a la cárcel de Guadalajara .Recordar también que González se cargó en Suresnes a toda la vieja guardia socialista con Llopis al frente, O el mimado Ramón Jauregui que siendo Delegado del Gobierno no se enteró de la existencia del Gal y siendo ministro de la presidencia, su pusilanimidad no le permitió sacar del Valle los restos de Franco, porque tenía que pactar con el PP. O nuestro ínclito Egiguren, el gran negociador de Txillarre vendiéndonos la moto de su intermediación y resulta que parecería que son ahora los que propician la presidencia de Feijóo, por desistimiento de Sánchez, antes que la del actual presidente. No deja de ser incomprensible mientras nos hablan de arrodillarse ante la Constitución y sigue el Consejo General del Poder Judicial llevando 5 años sin renovar y el estatuto de Gernika, 44 años sin cumplir.

Todo esto no tiene nada que ver con los Jarrones Chinos sino con esa cosa rara que llaman poder.

Un poco heavy todo esto, ¿no?.

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