Una amnistía económicamente muy interesante. Por Domingo Sanz

por Domingo Sanz

En el debate sobre lo de la amnistía estoy viendo más odios que sumas y restas de dineros. Soy distinto y, por tanto, esta vez no me meteré en política.

Lo de la judicialización del Procés nos debe estar costando un pastizal, hasta el punto de que nadie, que yo sepa, enseña los cálculos de las pérdidas, salvo para culpar a los independentistas, aunque, eso sí, los acusicas no recuerdan que fue Rajoy quien aprobó el decreto para que las empresas pudieran seguir en el Reino de España huyendo de Catalunya.

Si una pronta amnistía no lo remedia, me está empezando a preocupar lo mucho y mucho más que nos van a seguir costando las cargas de trabajo derivadas de las acciones represivas y judiciales que siguen vivas contra cientos o miles de independentistas, que ni unos ni otros saben cuántos.

Y no solo eso, sino los perjuicios a terceros ocasionados por una Justicia que puede gestionar mil asuntos cada día, por poner un ejemplo, pero que si son mil doscientos terminarán pagando justos por pecadores, pero no con «p» de independentistas, sino de políticos que se niegan a negociar los problemas porque a jueces y demás jurídicos no los tienen que pagar de sus bolsillos.

Y otra más. Resulta que también hay que mantener con vida a los presos, aunque sean catalanes. Otro coste del que también se olvidan los defensores de la reducción del gasto público.

En fin, siempre positivo, nunca dejo de buscar el lado bueno de cualquier idiotez. A tope contra la amnistía, miles de seguidores de Feijóo, Ayuso, González y Guerra, por poner cuatro ejemplos, se están concentrando ahora mismo en Madrid y dentro de unos días lo harán en Barcelona, me da igual lo que griten porque siempre he sido partidario de defender ese derecho, pero dejarán un buen montante de gasto privado en transportes, bares y restaurantes para satisfacción de las haciendas madrileña, catalana y estatal, es decir, dos gobiernos de aquellos a los que odian por uno solo de los suyos.

Lo dicho sobre la amnistía, todo son beneficios desde el principio. La tercera concentración deberían convocarla en Waterloo para besar por donde pisa Puigdemont.

Comparte éste artículo
Escribe tu comentario