Netanyahu, Hamas y Arabia Saudí. Por Germán Gorraiz

por Germán Gorraiz López

Analista

La asimetría del castigo infligido a los palestinos de Gaza con cerca de 300 muertos, cientos de heridos, así como la destrucción de las infraestructuras básicas de Gaza, habría provocado el repudio internacional contra Netanyahu y la caída en desgracia de Bibi ante el AIPAC. Tras ello, cristalizó el Gobierno de Coalición liderada por el centrista Yair Lapid y el derechista Naftali Bennett (Coalición Arco Iris), operación que contó con las bendiciones del poderoso lobby judío AIPAC y representó el ocaso político del último emperador judío, Netanyahu tras 12 años en el Poder.

Sin embargo, el retorno al Poder de Netanyahu en coalición con varios partidos ultraderechistas y ultraortodoxos sería un misil en la línea de flotación de los Acuerdos de Oslo al continuar con la sistemática campaña de asentamientos ilegales así como una sería amenaza a la usui generis democracia israelí al intentar liquidar la actual separación de poderes.

La amenaza a la separación de poderes en la democracia liberal israelí vendría marcada por el anuncio de varios miembros del nuevo Gobierno de aprobar la llamada «cláusula de anulación» que permitirá al nuevo Parlamento judío implantar leyes que contradigan la Carta Magna y eliminar la capacidad del Tribunal Supremo para anularla.

Ello supondría el finiquito de la separación de poderes de una democracia liberal y la irrupción de un Gobierno autocrático con claros tintes teocráticos por lo que la Administración estadounidense ha condenado dichas intenciones advirtiendo que » la democracia israelí correría peligro con dicha iniciativa».Así, el Presidente Biden en declaraciones a la CNN afirmó que » el gobierno actual de Israel tiene a algunos de los miembros más extremos que haya visto», criticó el apoyo a los asentamientos en Cisjordania y pidió a Netanyahu «mostrar un poco de moderación con la reforma al sistema judicial».

En una carta dirigida a la Corte Suprema y firmada por casi 1.200 militares veteranos de las Fuerzas Aéreas se advierte del peligro que entraña el Ejecutivo de coalición encabezada por el Likud de Netanyahu y que contaría con Sionismo Religioso, Poder Judío y Noam como aliados principales. Según los firmantes de dicha carta: «Venimos de todos los estratos de la sociedad y de todo el espectro político y lo que tenemos en común hoy es el temor de que el estado democrático de Israel esté en peligro».

Asimismo, un comunicado firmado por los líderes de los partidos en la oposición y entre los que figura Yair Lapid, expresa su rechazo al nuevo Gobierno Netanyahu afirmando que : «Cuando volvamos al poder, prometemos cancelar cualquier legislación extremista que dañe la democracia, la seguridad, la economía o la sociedad israelí».

Dicha iniciativa legal del Gobierno Netanyahu ha provocado el rechazo de amplios estamentos de la sociedad israelí y mediante masivas protestas callejeras y el intento de convocatoria de huelga general por el sindicato mayoritario para paralizar el país, habrían logrado la suspensión temporal de dicha reforma legal.

¿Ha debilitado Netanyahu la Defensa de Israel?

Sin embargo, las protestas contra la citada reforma legal, habrían tenido como efecto colateral la aparición de fisuras en las áreas de Defensa e Inteligencia israelíes, debido a la negativa de un número importante de reservistas de incorporarse a puestos vitales para la Defensa israelí,muchos de ellos aglutinados en el bloque «Hermanos y Hermanas en Armas».

Así, según varios medios israelíes, alrededor de 4.000 reservistas han firmado cartas públicas en las que manifiestan su voluntad de no reincorporarse como voluntarios a sus puestos, de los cuales destacarían 400 voluntarios de la unidad de comandos de élite Sayeret Matkal; 200 pilotos de aviones; 50 operadores de control de tráfico aéreo, 40 operadores de drones y un número indeterminado de agentes del Servicio de Inteligencia, todos ellos vitales para el óptimo funcionamiento de la Defensa israelí.

Aprovechando dichos agujeros de seguridad, el brazo armado del grupo islamista Hamas ha lanzado la mayor ofensiva militar desde el 2007, con la infiltración de decenas de sus miembros en localidades israelíes y lanzamiento de 5.000 proyectiles contra amplias zonas , incluyendo Tel Aviv y Jerusalén, no siendo descartable que la ofensiva se extienda a la frontera libanesa con la entrada en escena de Hezbolá.

Dicha ofensiva habría sorprendido totalmente a un Israel centrado únicamente en sus problemas domésticos y en declaraciones al Canal 12 israelí, el ex jefe de seguridad israelí Amos Yadlin, indicó que «ha habido una sorpresa de inteligencia y cuando te sorprenden, el precio siempre es alto».

Netanyahu, sirviéndose de la dictadura invisible del temor al Tercer Holocausto, proceda de Hamás, de Hezbolá o de Irán, aprovechará la ocasión para declarar el Estado de Guerra (defensa de la seguridad de Israel) y desencadenar una nueva ofensiva terrestre en la Franja de Gaza (emulando a la operación Margen Protector del 2014). Nentanyahu confía en una victoria rápida que le otorgue un incremento de la popularidad perdida por su pretendida reforma legal y le permita obviar el proceso judicial en el que está acusado de soborno, fraude y abuso de confianza pero  la Administración Biden intentará influir en Netanyahu para evitar un nuevo castigo asimétrico  en Gaza que daría al traste con la entente entre EEUU, Israel, Emiratos Árabes y Arabia Saudí para un próximo ataque a Irán.

Foto RTVE.es

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