El alcalde de Madrid, el conselleiro de Cultura de la Xunta y el presidente de balneario de Mondariz, Javier Solano, inauguraron la muestra sobre el arquitecto gallego Antonio Palacios
Una exposición sobre Antonio Palacios da a conocer en Madrid la importancia arquitectónica del Balneario de Mondariz, primeras obras del arquitecto, de septiembre de 2023 a enero del 2024. Un proyecto que ya está dando sus primeros pasos y que coincide con el 150 aniversario del Balneario de Mondariz y los 150 años del nacimiento del arquitecto gallego el próximo año, el Colegio de Arquitectos de Madrid y la Fundación Arquitectura COAM organizan actos en 2023 y 2024 diferentes actos alrededor de la obra del porriñés.
Un proyecto que surge de la unión del Ayuntamiento de Madrid, el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y la Fundación Arquitectura COAM que acordaron organizar conjuntamente el “Año Palacios”, que se iniciará en octubre de 2023 y finalizará un año después, también en otoño, con sendas exposiciones. A lo largo del año está prevista la organización de actividades de distinta índole que terminen ofreciendo a la ciudad una visión profunda y actualizada de lo que Antonio Palacios significó como un puente abierto entre el eclecticismo del siglo XIX y la modernidad del XX, entre la arquitectura y la ciudad del pasado y las del futuro.
La colaboración de Antonio Palacios en la construcción de la villa termal de Mondariz, primero como colaborador del Gran Hotel, obra de Genaro de la Fuente, su primera obra individual en el monumento al agua de la Fuente de Gándara, solicitado por los Peinador al porriñés, el Gran Hotel Sanatorio, Mondariz, 1909-1915 o el Edificio de Correos, Mondariz, 1910, actual edificio Baranda, son algunas de las obras que tendrán un espacio privilegiado en la exposición por ser las primeras obras de Antonio Palacios una vez concluidos sus estudios.
El uso por primera vez del granito gris pulido que Palacios utilizó en la Fuente de Gándara y que repetiría en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y posteriores proyectos será otra de características destacadas en esta parte de la muestra. Pero sin duda, la apuesta de los Hermanos Peinador por Antonio Palacios en un proyecto de mecenazgo en la construcción de la villa termal que les llevó a pedirle al arquitecto el diseño y construcción de la casa familiar en la Castellana con Martínez Campos.
La investigación y el consiguiente comisariado de los diversos eventos están dirigidos por José Luis Varela Alén y Ricardo Sánchez Lampreave, comisarios a los que apoya un amplio comité de expertos. La primera exposición, de este ciclo de celebraciones, se celebrar en el Colegio de Arquitectos, a las obras y proyectos de Antonio Palacios fuera de Madrid, mayoritaria y fundamentalmente en Galicia, dejando la exposición de cierre de la efemerides, a celebrar en algún edificio del propio arquitecto, enfocada en sus obras y proyectos en Madrid.
Gracias a su trabajo y al de anteriores investigadores de su obra, el Colegio de Arquitectos ha conseguido un importante fondo documental relativo a las obras. La exposición del Colegio de Arquitectos, septiembre a enero 2024 se desplegará en la sede colegial de la calle Hortaleza en la que se contará con 55 metros lineales de paneles y 15 metros de mesas para documentación variada como fotografías, postales, cartas, periódicos y publicaciones.
La documentación estará dividida en cuatro secciones. En la primera, Ciudad histórica vs. metrópoli, la preocupación e interés de Palacios por las ciudades dio lugar a propuestas de muy diverso alcance, y también orientación. De expreso anhelo metropolitano, presenta una arquitectura deudora en buena medida de la imagen de las principales ciudades estadounidenses. La sostenida confianza en la historia de la arquitectura que muestra la segunda sección, Tipo y (des)composición, la aprendida de sus profesores, la compartida por su generación, llevó a Palacios a utilizar una y otra vez tipos arquitectónicos bien reconocibles.
En la tercera parte se podrá ver la “Racionalidad e inspiración”, cómo reiteradamente, en sus proyectos, memorias y escritos, además de innovadores propuestas funcionales, mostró Palacios una indisimulada racionalidad heredera de las “conversaciones” de Viollet-le-Duc, la propia de su tiempo por más que inherente al hecho constructivo, sin que, sin embargo, quisiera renunciar con el paso de los años a la inspiración artística y creativa propia de quienes fueron enseñados para ser poco menos que platónicos demiurgos.
Con unos orígenes geográficos y familiares tan marcados por el granito, y en una época de irrefrenables mejoras en las prestaciones de los materiales, las obras de Palacios participan de su conocimiento de los avances tecnológicos y de su inquebrantable fidelidad a la piedra gallega, a la que quiso conducir a límites de máxima expresividad. En la última sección, Del material a la materia, se podrá discernir si fueron materiales los constructores de sus obras o fue la materia la que dictó cómo debían ser, qué tienen sus obras de modernas o de atávicas.